Vaz Caminha, una nota sobre la ficción y el botín/ Gonzalo Espino Relucé




Pero Vaz Caminha, una nota sobre la ficción y el botín
Gonzalo Espino.

Cuando Pero Vaz Caminha envío su Carta al rey don Manuel I,[1] de Portugal, no imaginó que esta se convertiría en una lectura canónica de la literatura brasileña. Khote, recuerda que se trata de un documento burocrático, que no fue pensado para su publicación, por ello en su origen está vinculado al estado portugués, es decir, a la metrópoli. El asunto es cómo los brasileños interpretan la carta.

Flávio Khote[2] anota que esta carta de relación debe verse en relación con el canon literario, ello explica su lectura y presencia en el mundo de la escuela, aparece como el primer texto que inaugura las letras brasileñas y alude que hay un límite en esto por que no se está tomando en cuenta lo que son las representaciones mayoritarias e minoritarias, que va indígenas a migrantes. Así, entonces, la Carta se asocia al canon hegemónico, pues, es pensada como parte de una "filiación" cuyo ancestro es colonial (lengua portuguesa), como la representación de la aristocracia conservadora y la insistencia en Brasil como utopía. Por eso, Khote dirá que este texto es una escritura que legitima la posesión de las tierras brasileñas por los reyes, al hacerlo se hace extensiva a la presencia de la iglesia. De hecho esta lectura de contexto plantea dos asuntos: una que tiene que ver su estatus ficcional y, dos, con los tópicos del proyecto colonial.

Así Vaz Caminha insiste en verbos como pensar, creer, opinar en la elaboración de la carta. Esto permite una ecuación que hace que la presencia del narrador testigo se vuelva difusa. Se observa en el diseño del discurso, donde aparece la presencia de los versos antes señalados desde el inicio ("dar minha conta disso", "e creia bem por certo que", "aquillo que vi e me parecue") y la sutileza -y hasta humor- que puede percibirse en el relato a partir del sistema de comparaciones que inserta en su texto. Será el caso del cuerpo de las indígenas y la comparacón que hace con el de las mujeres europeas: "En um daquelas moças era toda tingida, de baixo a cima daquela tintura; e certo era tão bem feita e tão redonda, e sua vergonha (que ela não tinha) tão graciosa, que a muitas mulheres da nossas terra, vendo-lhe tai feições, fizera vergonha por não terem a sua como ella." El cuerpo de la indígena resulta atractivo y pone en discusión el cuerpo “imaginado” y “dominante”, el de la mujer europea.

Respecto a lo segundo se centra en la imagen del collar, la misa y la herramienta de hierro. Esto tiene como referente, en comento que se narra, la presencia de dos indígena suben a la barca de Cabral. El indígena se siente atraído por el collar del capitán, como ni portugués ni amerindio habla una lengua común, no hay forma de una comunicación transparente. El indígena resuelve comunicar a través de señas. Para el indígena el collar se convierte en algo ex-ótico, por ello, objeto de deseo, que se busca alcanzar. Recuérdese que para el portugués este será un objeto de alto valor. Las señales será la forma como se comunica. Pero lo que interesa aquí es la doble operación que conlleva la interpretación ("hacer señales" que no obedecen a un código consensuado), por lo hay un campo de interpretaciones libres ("quieren decir"). Los indígenas imitan el ritual de la misa, pero esta desprovista de sentido religioso tal como ocurre en la supremacía que ocupa esa herramienta nuevísima y eficaz que traen los portugueses como representación moderna. No es la cruz lo que les llama la atención, es la herramienta y con ello se instala en el imaginario americano la metáfora de la deforestación de los bosques tropicales, de la Amazonía.

De esta suerte, el discurso de Pero Vaz Caminha comparte con las primeras cartas, el sentido estratégico del proyecto colonial: el botín (oro y almas).


[1] Vaz de Caminha, Pero. Carta de Pero Vaz de Caminha a el-rei D. Manuel sobre o achamento do Brasil. Estudo y transcrição de Jaime Cortesão. Sao Paulo: Editora Martin Claret, 2003.
[2] Kothe, Flavio R. O cânone colonial. Brasília: Ed. Universidades de Brasília, 1997.
© Gonzalo Espino, mayo 2009

Literatura oral y popular del Norte, por Gonzalo Espino Relucé








La literatura oral y popular del Norte



Por Gonzalo Espino Relucé



Para Yaco, señor del Mirador, en las tierras de Tulape.


Las manifestaciones literarias orales y populares en nuestro país se pierden en la memoria del tiempo. Precede la presencia europea, pero al mismo tiempo se vincula a ella. Es preciso recordar que el territorio nacional fue conformado por diversas culturas que cuando se produce la invasión española estaban sujetas al dominio Inca. Estas manifestaciones albergan en su trama discursiva sensibilidad y realidad, sueños y cosmovisión de quienes la expresan. Lo dicho es importante para observar las diversas transformaciones que operaron en los espacios costeños y las principales ciudades del país.

La continuidad de estas manifestaciones se asocia al dominio popular de la lengua dominante, el castellano y la perdida o escasa presencia de las lenguas vernáculas de estos lugares. La misma que inicialmente tendrá una doble influencia: de un lado, la presencia hispana, que trajo la religión católica y un imaginario anclado en el fabulario medieval; y, de otro, la presencia de los negros en la cultura peruana.

Estas manifestaciones se verán interpeladas por la Iglesia en el mundo popular cuyas tradiciones serán emparentadas con iconos europeos del mal como el demonio o la presencia de los hechiceros y supersticiones. Si este es el destino de la formas que se divulgan, se entenderá que se establece una asimetría entre la cultura que llega como autorizada respecto a la que se comporta como dominada. El diablo pertenece al fabulario popular; sea por la gente de compacta, sea porque inquieta a la población o sea por que la gente se burla de él. No siempre son relatos que en el que demonio tiene todas las de ganar.

Es en siglo XIX que podemos advertir un conjunto de manifestaciones populares que pasan a la letra gracias a los cuadros de costumbres y al dominio de la tradición más allá de la pluma de don Ricardo Palma. Se ciertamente se recogen formas populares, aunque muchas de estas tienen correlato en la insistencia colonial. Entre ellos podemos destacar las figuras Manuel Anastasio Fuentes (1820-1889) y de Abelardo Gamarra, El Tunante (1857-1924). En todas estas realizaciones literarias quieren traducir el alma popular. El Tunante será, a fines del siglo XIX e inicios del XX, uno escritores que no invita conformar lo que llamaba el alma nacional, el folklore y que difunde en una sección “Usos y costumbres de nuestra tierra” que publica en la Integridad.


La literatura oral y popular en castellano tiene diversos géneros y tópicos que van del cancionero popular (tonderos, cumananas, marineras, tristes, etc.); leyendas, mitos y cuentos, anécdotas e historias orales, que dan cuenta de una tradición oral que se asocia a su condición originaria o colonial, cuyos personajes provienen de los ancestros locales, la presencia colonial o se cruzan personajes originarios y con aquellos que nos llegan de otras tradiciones. Se confunde héroes míticos con personajes históricos; almas en pena, apariciones con condenados; traviesos duendes con fantasmas; tapados, sitios encantados o lugares embrujadas, etc. Uno de los personajes más conocidos es el Tío Lino que vivió a fines del siglo XIX; cuyos relatos establecen una línea de relación entre el mundo de arriba (sierra) y el mundo de abajo (costa). Son relatos brevísimos, pero con una dosis de efectivismo y de humor.

El fabulario popular que se circula en el XX tiene revisarse en su relación con el impacto de los procesos de modernización que vive el país, en especial, su vinculación con las oleadas migratorios, la presencia del migrante en la ciudad y las instituciones que forman el imaginario del país (escuela, medios de comunicación, carreteras). De hecho las migraciones de poblaciones andinas a los pueblos de la costa trajo en el siglo XX con mayor intensidad toda la visión andina. Así es posible encontrar relatos donde los cerros se convierten en pueblos hermosas (aldeas sumergidas), donde no falta nada, a la par lo vinculamos a relatos de trenes que se han descarriado. Como relatos, resulta una oportunidad para compensar las penurias de los yanaconas, contratas y golondrinos en las haciendas azucareras, arroceras y algodoneras. El mismo papel cumplen relatos como El carbunclo que pertenece al bestiario andino (se le describe como cuerpo de gato, aunque en la cabeza tiene un diamante o una piedra de oro).

Las culturas no son islas ni fortalezas cerradas, lo son en tanto los sujetos que la conforman intercambian valores y objetos con otros, que hacen la propia cultural: intercambian la palabra. La presencia andina en la ciudades hace que la memoria oral se remantice y actualice; en las últimos décadas aparecen como leyendas urbanas como el Sacaojos. El Sacaojos, se inspira en el rumor en tiempo de crisis y es la versión actualizada del pishtako andino en la ciudad. Se trata de un hombre que viste mandil blanco, lleva un maletín de médico, llega en un auto o camioneta rural a los barrios más apartados de la ciudad para sacar los ojos a los niños.

Un ciclo cautivante, esta referido al retorno del migrante a sus lugares origen, ahora como hombre “citadino” que no entiende el “atraso” de su pueblo. En otros casos, estos relatos se trasladan al campo simbólico como los saberes académicos

La religiosidad popular ha producido también un mundo fantástico que circula como un anecdotario que refuerza las devociones, tiene registro en diversos relatos y se pueden escuchar en cualquier latitud de América Latina (p.ej. El viejito caminante, que es Dios que visita a gente para ver si son bondadosos). Se vinculan a la evangelización y por cierto a vidas ejemplares. El Señor de los Milagros, San Martín de Porras, Santa Rosa de Lima, la Beatita de Humay o Sarita Colonia; La Cruz de Chalpón, La Virgen de la Puerta o El Señor del Cautivo, pertenecen fabulaciones que los fieles refieren como milagros o dones por su fe, promesas o sacrificios. Junto a la hagiografía popular están aquellos relatos donde los personajes han sido sancionados por sus pecados: La viuda negra, El Cura sin Cabeza, La cabeza voladora, El perro (o cerdo encadenado), etc, todos estos personajes que aparecen en la soledad de la noche. Es recurrente La viuda negra que lo escuchamos en diversos ciudades y pueblos. Este tipo de relato se confunde con otra serie que tiene por destino una mujer guapa, que es gringa o rubia (La gringa de…).

Las poblaciones marinas, las que viven en la cercanía de los ríos o se han establecido distantes del pueblo, suelen tener relatos como La nave que se pierden, La luz que se pierde, El ahogao, Médano Blanco y Los bultos, entre otros. El ahogao es un relato recurrente, se trata de un personaje que ha sido “tragado” por el río o el mar, este aparece a las personas que caminan en la noche. Las manifestaciones populares se encuentran también en los chistes y cuentos que hacen visibles las enemistades de pueblos.

Finalmente, la literatura oral y popular en castellano circula en todos los pueblos del país. Se confunde con el folclore, las costumbres y tradiciones que cada pueblo posee e invade o se activa como leyenda urbana en las ciudades. Aún no se ha realizado un recuento significativo de toda esta producción literaria.

Referencias:
Camino Calderón, Carlos. Diccionario folklórico del Perú. Lima: Cía. Impresiones y Publicidad, 1945.
Espino Relucé, Gonzalo. La poesía obrera anarquista (1900-1926). Lima: TAREA, 1984.
-----. Tras las huellas de la memoria. Tradición oral del Norte Peruano. Lima: INC – OEI, 1993.
Gamarra, Abelaro M. Rasgos de pluma. Lima: ed. Autor, 1889.
----. En la ciudad de los pelagatos. Lima: Biblioteca Peruana, 1973.
Hocquenghem, Anne Marie (y) Max Inga. Los encantos de La Encantada. Piura: CIPCA Centro de Investigación y Promoción del Campesinado, 1989 (Biblioteca campesina, 7)
León Barandiarán, Augusto. Mitos, leyendas y tradiciones lambayecanas. Lima. Ed. autor, 1938.
Lloréns Amico, José Antonio. Música popular en Lima criollos y andinos. Lima:IEP-Instituto Indigenista Latinoamericano, 1983.
(c) Gonzalo Espino Relucé

III Congreso de Estudiantes de Literatura CONELIT


Congreso Internacional Literatura.

Perú. 2009

III Congreso Nacional de Estudiantes de Literatura (CONELIT 2009)

«Reflexiones universitarias sobre literatura latinoamericana y peninsular».


Lima, 24, 25, 26 y 27 de noviembre de 2009


CONVOCATORIA
PARA EL ENVÍO DE SUMILLAS (ABSTRACTS)

Fecha límite de envío de sumillas: 14 de junio de 2009
Literatura. Perú se presenta como un espacio para el diálogo académico con el objetivo de ofrecer nuevas miradas yalternativas sobre cómo abordar los estudios literarios latinoamericanos y peninsulares. El evento se realizará en los campus de laUniversidades Nacional Mayor de San Marcos y Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima.

Envío de resúmenes (abstracts)
1. Podrán participar con ponencias todos aquellos estudiantes universitarios peruanos y extranjeros matriculados en el pregradoy postgrado (diplomado, maestría, doctorado) en las áreas de Literatura, Humanidades y afines. Asimismo, egresados de bachillerato de un máximo de 3 años y profesores universitarios jóvenes (junior faculty).
3. Podrán asistir estudiantes y profesores en cualquier área del conocimiento, así como público en general.
4. Las ponencias deberán ser inéditas. No es necesario que sean de autoría individual. Pueden ser parte de un trabajo deinvestigación mayor, dato que debe incluirse en el documento enviado.
5. Se deberá enviar una sumilla en archivo de Word de 15 a 25 líneas a conelit@proyectoperuanos.org con el título de la ponenciay bibliografía (máximo 10 referencias), nombre y breve currículo del autor, nivel de estudios, filiación institucional (universidad), correo electrónico,teléfono, hasta el 14 de junio de 2009.
6. También se reciben propuestas de mesas que deberán incluir el título de la misma, nombres y resúmenes de las ponencias(máximo cuatro ponencias y mínimo tres) además de los datos personales de cada ponente.

Ejes temáticos:

Teoría/crítica literaria latinoamericana y peninsular.

Oralidad y discursos literarios andino y amazónico.

Estudios coloniales.

Mass media, industrias culturales y literatura.



Estudios interdisciplinarios:
Literatura Comparada, Estudios Poscoloniales, Estudios Culturales, Estudios de Género, Cine/Teatro y Literatura, Estudios Subalternos, Testimonial, Periodismo literario.


Camino al bicentenario: Literatura independentista en América.. Efemérides: 400 años de los “Comentarios Reales” del Inca Garcilaso de la Vega, 70 años de “Poemas Humanos” de César Vallejo, etc.

Información de contacto:conelit@proyectoperuanos.org
Perú: (+51) (1) 995572988
Estados Unidos: +1 (305) 5084896

Página web: http://www.literaturaperu.org/conelit.html

Conferencistas 2009
Literatura.Perú.2009


Además de las ponencias seleccionadas y actividades culturales, contaremos con la presencia de los siguientes conferencistas invitados:

Rocío Quispe-Agnoli (Michigan State University)

Oswaldo Estrada (University of North Carolina, Chapel Hill)

Gustavo Faverón (Bowdoin College)



Información de contacto:conelit@proyectoperuanos.org
Perú: (+51) (1) 995572988
Estados Unidos: +1 (305) 5084896

Página web: http://www.literaturaperu.org/conelit.html
Web: http://www.literaturaperu.org/

La creación del Garcilaso mestizo, nuestro clásico por Gonzalo Espino




La creación del Garcilaso mestizo, nuestro clásico.

Gonzalo Espino Relucé


José de la Riva-Agüero recupera la obra del Inca Garcilaso de la Vega para el imaginario del siglo XX como nuestro máximo representante en un momento en que la figura del Inca había sido calificada como un escritor en extremo fantasiosos e inexacto, como había preferido el general Mitre, ya que a la luz del positivismo la idea de historia resultaba incierta en las páginas de los Comentarios para los pensadores de fines del siglo XIX. El entonces joven profesor sanmarquino José de Riva-Agüero en su célebre discurso de 1916 realiza el esbozo y balance de nuestro autor: lo califica doblemente, como nuestro mestizo y nuestro clásico. La revaloración de Riva-Agüero sobre el Inca se realiza en dos planos: presenta el más completo esbozo biográfico de entonces y al hacerlo, pone en evidencia la condición literaria de la escritura del Inca. En este discurso no deja de ocultar sus preferencias aristocráticas, al calificar a la madre del Inca como manceba:

Los conquistadores encumbrados no solían casarse con mujeres de raza india, por
augusta que fuera la cuna de ellas, a no ser con hijas o hermanas de los
últimos soberano; y la pobre niña Isabel Chimpu Ocllo, vástago de un rama
menor y arruinada desde Atahualpa, mera sobrina de Huayna Cápac, hermana al
parecer desde muy temprano del auqui o Infante Huallpa Túpac, desposeída por
la invasión española de toda esperanza de recuperar su patrimonio y
jerarquía, no fue sino manceba del orgullosos Garcilaso, aunque es de
suponer que la es1timara y considerara excepcionalmente, pues leemos que hacía los honores de su casa, atendía a los huéspedes más calificados, y mantenía correspondencia de cumplimientos y cortesías con personajes como el Obispo fray Juan Solano y el caudillo realista D. Diego Centeno." (Riva-Agüero 1962: 9-10).

Al establecer la biografía del Inca, Riva-Agüero crea al héroe cultural -que llamaré la apropiación criolla del Inca- cuya trama es el elogio al mestizaje que elabora sobre la base de una versión aristocrática que en realidad vindica la condición de indio-inca como criollo. Sin embargo, acierta al proponer el estatus de escritor clásico para la producción textual del Inca.
He dicho doble valoración. El profesor Riva-Agüero -no el facista- insiste en que es nuestro clásico y en eso tenemos que hacerle caso, no se equivocó:

"Mas toda esta materia poética, tan nueva e ingente, la ha tratado con una
discreción infalible, con una delicadeza, una lucidez y un buen gusto nativos"
(:56)


"el Inca Garcilaso es el más perfecto representante y la más palmaria
demostración del tipo literario peruano" (:57)


"Sin pretenderlo ni saberlo quizá, es como ellos un clásico, por la mesura y el delicado equilibrio" (:57)

El "desprestigiado" historiador Garcilaso de la Vega con este trabajo cobra importancia como narrador ya que es visualizado desde las galas de la escritura, más allá de lo episódico, por eso Riva-Agüero asigna a la escritura del Inca la "calidad de clásico", espíritu que lo concibe en términos retórico exactamente por "la regularidad de las proporciones, en la claridad lógica llevada hasta los sentimientos, en la nitidez de las representaciones e ideas, en el predominio de la razón analítica y discursiva y de la imaginación plástica; y como consecuencia, en el orden y aseo del lenguaje y en la pureza del gusto." (:58). Por lo que la vindicación se instala desde el retrato del héroe por un criollo y de la escritura como evento retórico y su consiguiente calificación de clásico, tal como lo percibe también Durand.

(c) Gonzalo Espino, abril 2009