Los poemas fluyen con voz poética femenina que habla desde una sensibilidad tranquila, aunque desde un pulso que va entre la muchacha mestiza y andina y la nostalgia y la experiencia vivida. Leamos: “¿Dónde torcacita / escondiste dulzura / de guindal y eucaliptos?” (:13); la memoria detenida de la estancia: “Al caer las hojas/ sueñas ternuras” (:43) o estos estrofa de las distancias: “Qué de tu canto en la era, silbo en el pajonal, / o era el viento, flor de puna, / el ulular taciturno, que en tu canto se envolvía.” (:70). Versos sencillos, transparentes, con olor a tierra y fragancias de flores modestas, que evocan la tradición de una escritura realizada en las laderas andinas, la Luis Valle y Goicochea. Se trata de los poema de