¿Un canon de la Literatura General en los tiempos de la globalización? GE


Harold Bloom  describe más de una veintena de autores que se deben leer. Pero esta se amplió exactamente por la demanda del mercado librero. De hecho, entre nuestras comunidades académicas la terminología terminó imponiéndose como cuasi aséptica en la noción canon. (es difícil escuchar a un profesor hablar de hegemonía cultural, etc.)
En el aula hemos cuestionado el concepto esencialista y escolarizado de Literatura, ahora propongo discutir el sesgo anglosajón. Hemos discutido la forma como algunos textos resultan privilegiados en los estudios y se convierten en lecturas obligatorias. En las instituciones, las políticas educativas y el mercado imponen un acercamiento a ese objeto difuso llamado literatura.
La reflexión que propongo  se asocia a nuestra condición de humanistas del siglo XXI para quienes  no sólo tiene sentido la diversidad cultural como práctica que se confronta con diversas tradiciones culturales y espaciales en el mundo.  ¿Cómo imaginar un canon en estos tiempos en que la globalización se expresa simultáneamente como síntoma del mercado –y sus transnacionales-  y nos proponen qué debemos leer?  ¿Cómo pensarlo para la Literatura General en tiempos en que las políticas restrictiva reducen-en  los programas educativos de todo el mundo-  Literatura  a Comunicación? Entonces, como afianzar una comprensión de ese conjunto literario en el mundo globalizado sin renunciar  al legado de la palabra  mayor, al legado de la diversidad del vivir nuestra condición humana?
La lectura de referencia en esta ocasión será la "Elegía del canon"(pp. 25-51) de Harold Bloom de El Canon de Occidental (1994)[1]




[1] Bloom, Harold. [1994] El Canon de Occidental. La escuela y los libros de todas las épocas. Trad. Damián Alou. Trad. Barcelona: Ed. Anagrama, 1995. (Puede ser consultado en la biblioteca o adquirirse en librería. También leer en este link: <http://ebookbrowsee.net/harold-bloom-el-canon-occidental-pdf-d248057148>)

76 comentarios:

Unknown dijo...

Harold Bloom propone en este texto a ciertos autores, y sus respectivas obras, en el canon occidental. Es importante resaltar, que los autores incluidos, superan la tradición e irrumpen en ella por el valor estético de sus obras: “dominio del lenguaje metafórico, originalidad, poder cognitivo, sabiduría y exuberancia en la dicción”.
Ha pasado poco tiempo desde la publicación de este libro, sin embargo, considero que la imposición del mercado y la globalización han trastocado y mellado en la visión de arte y literatura. No es raro encontrar en las principales librerías del país, en un mismo estante, un libro de literatura comercial y “El mundo sin Xóchitl” de Miguel Gutiérrez.
La globalización debería conjugar las diferentes tradiciones culturales y literarias de cada lugar. Estas deberían estar incluidas en el canon occidental, ya que es el que predomina en las instituciones educativas y académicas de nuestro entorno. Aquí nos referimos a que necesitamos retomar como base a la literatura que se dejó de lado por ser “tradicional”; por una literatura simplista impuesta por el marketing.

Unknown dijo...

Al referirse Harold Bloom al canon literario occidental, nos remite a un conjunto de textos y autores, que por su originalidad, pudieron imponerse a la literatura propia de su tiempo y espacio, prevaleciendo y siendo una guía para las futuras generaciones de escritores.
Sin embargo, en los últimos tiempos, la globalización y la “ideología” de mercado imponen a los bienes culturales ser tratados como mercancías. Esta situación se puede apreciar en las vitrinas de las principales librerías, la opinión de los críticos literarios y en el poco interés de la población regular por la lectura.
El autor sugiere que las obras de los autores del canon deberían estar incluidas en los sílabos de las instituciones educativas, sean privadas o públicas. Esto generará buenos lectores y, por consiguiente, mejores profesionales y críticos literarios.
Yo considero, que además de dichas lecturas, es importante incluir las literaturas propias de los países. La literatura oriental e hispanoamericana, por su valor estético, son obras originales, que enriquecerían el acerbo propio de la cultura occidental.

Unknown dijo...

En su tentativa por deconstruir el canon literario, el criterio selectivo de Bloom estriba entre el aspecto de la originalidad y de la belleza. La primera enmarcada en la extrañeza de la obra, por cuanto la mayoría de ellas no fueron asimiladas debidamente en su tiempo; y la segunda, la belleza, dentro de la sorpresa que produce una obra canónica la primera vez que es leída. Sin embargo, el planteamiento de Bloom no es sino una opinión, aunque bien sostenida. No se puede dejar de notar el subjetivismo que refleja, por ejemplo, en el hecho de establecer a Tólstoi como figura crucial de la literatura rusa, descartando a Dostoievski o incluso a Gógol o Afanásiev. De modo que no es menester tomar los planteamientos de Bloom como oficiales o determinantes, mas si como dilucidantes. Por otro lado, también es palmaria la subjetividad del autor en la propuesta de su llamada angustia de la influencia. Mal que bien, ésta postula una presunta eternidad del canon, sin importar el transcurso del tiempo o el devenir de la coyuntura social. Para Bloom, toda obra canónica siempre será un remedo de lo que ya se escribió previamente por los predecesores, llámense por ahora clásicos. Los buenos remedos formarán parte de nuevos cánones, y a los malos ni se los mencionará.

Jhonny Hessen Barrera dijo...

Pienso si bien es cierto que las instituciones educativas recomiendan libros para su lectura debido a su contenido cultural, uno mismo debe elegir que obras literarias leer según los temas de interés que tenga, sin importar la cantidad, ya que lo que importa es la profundidad y disfrute de una lectura. Las obras literarias tienen un impacto psicológico sobre el lector y, éste impacto está ligado a su contexto social, por ello las obras consideradas "clásicas" que responden a otro contexto, ya no son tanto de su interés, más bien gustan de leer autores contemporáneos que se sitúa en su mismo contexto, ya que se sienten más identificados. Sin embargo las obras literarias que contienen temas de interés social actual seguirán siendo vigentes. Cada época hace que se borren y agreguen nuevos nombres al repertorio del canon, y esto me parece está bien pues una de la características de la literatura es ser un reflejo social.

Michelle Fenández Rodríguez dijo...

Entre tantos escritores que han existido en occidente, solo los más destacados han logrado pertenecer al canon occidental. Harold Bloom no eligió a estos autores al azar, sino que algunos han sido más influyentes en la literatura. Según el autor, para ser considerado como el canon los escritores deben tener ese toque de extrañeza en sus obras, una forma nueva de relato, que embelese al lector y lo mantenga interesado en la obra. Es a partir de estos autores que se define una imagen la cual ha ido variando con el tiempo, porque han ido apareciendo obras que no son ordinarias y que causan asombro a los lectores; es por ello que han habido diferentes corrientes literarias, cada una con esa extrañeza, con características únicas, que las diferencian entre ellas. Harold Bloom menciona a Dante, Shakespeare y el escritor de la Biblia hebrea como los pocos autores que alcanzaron el grado de canon occidental, pues ellos le dieron a sus obras el toque de originalidad, sin buscar encajar al canon existente sino que ellos deseaban expresarse de forma diferente, combinándose con las influencias de autores pasados, una originalidad combinada con la herencia.

Anónimo dijo...

Harold Bloom toma las tres fases propuestas por el filósofo Giambattista - la Teocrática, Aristocrática, Democrática, y ademas añade una propia Edad Caótica - con el fin de ilustrar veintiséis de los escritores mas representativos y emblemáticos de Occidente, quienes son adjudicados de producir textos con un alto valor de «extrañeza», considerada una forma de originalidad y, a la par de Walter Pater, belleza. Sin embargo, a pesar de estas cualidades -muy acertadas, por cierto- considero importante añadir también el estilo que los autores manejan al escribir sus obras, entendido como la singular destreza con que es manipulada la lengua mas no como sinónimo de la belleza mencionada, a fin de lograr una perspectiva de los cánones menos subjetiva.
Aaron Gallardo Anchayhua

Anónimo dijo...

En El canon de occidente se muestran los emblemas literarios, comenzando con Shakespeare,considerado el mayor escritor de todos los tiempos, transitando sin cronología las tres etapas propuestas por Giambattista Vico - Teocrática, Aristocrática, Democrática y Caótica (esta ultima creada por Harold Bloom)- y proponiendo una teoría sobre las influencias, las lecturas creativas y erróneas las digresiones entre los participantes de la defensa y la destrucción del canon. Se menciona también que los poemas, relatos ,novelas, obras de teatro nacen como respuesta a anteriores poemas, relatos, novelas u obras de teatro lo cual, pienso yo, contradice la originalidad literaria y relega las obras contemporáneas a solo ecos de los cánones.

carlo andi chero chavez dijo...

el texto nos trata de explicar de como Blume nos quiere dejar en claro como el realiza esta selección de autores mediante las cualidades que estos muestran para ser llamados cánones. a la vez me parece interesante el momento en que blume nos dice que en medio del mundo erudito encuentra cierta anarquía y puede que tenga razón ya que muchas veces nos dejamos guiar por cuestiones subjetivas(relativo) es allí donde encontramos cierta anarquía. pero mas a delante el nos dice que su elección no es del todo arbitraria.y puede ser esto lo que en un primer momento a nosotros como lectores nos influye, ya que como dice blume al leer una obra canon nos llenamos de una emoción que muchas veces cuando concluimos de leerla no sentimos nada( no era lo que esperábamos).
también nos habla, aunque un poco, de la influencia de la literatura en la escritura vigorosa y como esta se convierte en una angustia que se conquista.

Carlos Manuel Escurra Carmelo dijo...

Harold Bloom centra las bases del canon literario occidental en un escritor fundamental: William Shakespeare. Bloom afirma que, si bien Dante Alighieri también es un literato que podría considerarse como “modélico”, este no es tan relevante para los narradores como lo es Shakespeare. Ahora bien, si es cierto lo que dice Bloom acerca de que los cánones se forman a través del “conflicto”, cosa lógica es afirmar que todos los relatores posteriores a Shakespeare—y a otros canónicos, como Joyce, Beckett, Proust y Kafka, por ejemplo—intentan “liquidar” periódicamente a sus predecesores cada vez que ejercen la actividad creativa literaria. En este asiduo intento de “asesinato” se devela una verdad inexorable, según Bloom: todo lo que han hecho estos narradores es emular, con ciertas variaciones, al escritor de quien han recibido influencia. Los escritos que logran remedar de esta manera a sus predecesores, son considerados obras maestras en futuros cánones. Pero, ¿qué características debe cumplir una obra para que sea considerada “canónica”? Bloom afirma que son “la suma de la extrañeza y la belleza”. La extrañeza de la que habla es esa sensación que nunca acabamos por asimilar y le da al texto un halo de originalidad. Cosa contradictoria, curiosamente.

Unknown dijo...

Harold Bloom nos habla de 26 escritores dentro de la lista del canon occidental con la idea de que, las obras de dichos escritores, sean precedentes para otros que van apareciendo; esto en sentido general, ya que nos habla de uno o dos autores que preceden la obra de un tercero. Yo creo que en parte nunca va a dejar de tener razón, en el hecho de que siempre un escritor o una persona tiene un acervo o, en este caso, ya esta influenciado por textos anteriores a él. Con respecto a la lista de autores que nos ofrece Bloom podemos notar que las pautas con las que clasifico a estos autores dentro del canon occidental son: la palabra ,y solo la palabra escrita en relación con la belleza; la sensación de extrañeza que nos deja la obra. Estas pautas nos extravían del verdadero camino de la producción literaria. Hablamos solo de las obras escritas dejando de lado a la oralidad, nos perdemos de entender la literatura en su totalidad, nos desviamos hacia un camino muy estrecho al hablar de un canon occidental compuesto por obras en las que se utiliza solo la palabra escrita, que tienen merito por su estética y por las sensaciones que nos dejan. Esta es la literatura institucionalizada, la que vemos en nuestros colegios. ¿qué merito tienen en realidad estas obras que nos hacen decir que son una suerte de pautas para comprender la literatura?, no hay des merito tampoco para estas, están en sus propios mundos y nos ayudan a ver el desarrollo de la producción literaria, pero sin ser toda la producción literaria y menos cuando hablamos de la producción escrita. Yo pienso que no debería existir este canon occidental, sin dejar de lado el valor que tienen estas obras en su época y en la historia, tanto como en su relación con las demás.

Lituma Molero dijo...

La escuela del resentimiento llegó a San Marcos.

Luiggi Max Díaz Bravo dijo...

Si bien es cierto que Harold Bloom menciona veintiséis autores, que él considera que están dentro del canon occidental, hay que tomar en cuenta que este autor lo que hace es mencionar únicamente a autores de dicha cultura. Bloom llama de manera irónica a la nueva tendencia de las instituciones académicas de “buscar la armonía social y el remedio a la injusticia histórica”, puesto que para él se está perdiendo el sentido estético e intelectual de la literatura, ya que se cree que no se debe ni ser evaluado de acuerdo a un predecesor o a un grupo de autores considerados canónicos. Con respecto a lo mencionado anteriormente, Bloom también habla de lo que él denomina angustia de las influencias, que en parte ayuda a que un autor tenga su propia originalidad, es decir, para él, el hecho que existan autores canónicos, debe ser tomado como punto de partida, tal como sucede con Shakespeare, que toma a Marlowe para la construcción de los personajes de sus obras, y que poco a poco logra desligarse totalmente y superar a su predecesor, mas no como una forma de limitarlos o tener una manera ortodoxa de cómo debe de ser lo que escribes.

David Cruz López dijo...
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Unknown dijo...

Erika Isabel Cruzatte Ascurra.

Bloom menciona a veintiséis escritores como autoridades en nuestra cultura (autores canónicas). Organizando a estos autores y explicando la razón de la elección de estos, se logra un precepto. La sublimidad de estos escritores al igual que su naturaleza representativa son características primordiales de este canon.
Estas cualidades necesitan la respuesta de la interrogante ¿cómo un autor u obras se convierten en canónicos?: la forma de la innovación. Esta innovación que genera, al lector, extrañeza y asombro es debido al proceso de influencia literaria, denominado por Bloom como "la angustia de las influencias" por su procedimiento tedioso y dificultoso.
La importancia de este proceso es la actividad constante de contienda entre el influyente y el influenciable que logra la origininalidad innovadora literaria, que es una nueva invención de otra ya existente. Esto ha generado la inmortalidad de las obras, principal razón de seleccionar a Shakespeare como figura principal del canon occidental.

David Cruz López dijo...

David Cruz López

En esta lectura, Harold Bloom reflexiona sobre la intención con la que se pondera y selecciona el canon de la producción artística, más específicamente el de la literatura occidental. La innovación aparente y que carece de todo rigor estrictamente artístico, solo confiere al arte matices, ideologías, posturas políticas; que terminan por desviar sino anular el verdadero valor estético de una obra. Esto es, una limitación del verdadero desarrollo artístico. Esto a razón de la fase: “Que todo cambie un poco para que todo siga exactamente igual”.
Otro aspecto capital sobre el que reflexiona Bloom, es el origen de esa necesidad fundamental que es concebir y formar un canon Literario, que se constituya de obras imperecederas. Así mismo nos precisa como se llevo a cabo este evento a lo largo del desarrollo histórico, y analiza los cambios en cuanto a la relación entre los textos y los lectores.
A lo largo de la historia el canon literario provisional, de no escasa importancia, se ha nutrido dependiendo de la popularidad de determinados géneros, es decir, cada época elimina nombres del repertorio, es ahí donde reside la responsabilidad principal de ejercer el buen leer, el leer bien y a fondo.

nixson fernandez melendez dijo...

haciendo una interpretación de lo que no dice harold bloom, puedo decir que las creaciones de la literatura llegan a pertenecer al canon por una "regla" de originalidad, y además de cumplir con la característica de producir una sensación extraña al momento de disfrutar de la lectura de estas obras; es quizá uno de los principales requisitos para ser considerada como perteneciente al canon.
asimismo puedo llegar a decir que un autor que desee pertenecer al canon, debe tener influencia por parte de uno antecesor y cumplir con una suerte de "reglas" que hacen que su creación sea única e "inmortal" por así decirlo.
en una parte del texto se puede observar lo siguiente:...los grandes escritores no eligen a sus precursores fundamentales; son elegidos por ellos...
esto deja en claro que habrá una influencia por parte de su precursor y que dependerá de él solamente llegar a realizar una creación que merezca formar parte importante de la creación literaria.

Anónimo dijo...

Gabriela Hilario Cadillo
Harold Bloom defiende firmemente la existencia del canon acosado por la que denomina:"Escuela del resentimiento". Afirma que el canon debe estar basado en un criterio exclusivamente estético y ofrece una lista de 26 autores a los que considera canónicos en la cultura occidental y es Shakespeare, la principal figura del canon occidental, porque es él , quien demuestra una forma de originalidad que nos asimila hasta el punto de que o dejamos de verla como extraña o nunca acabamos de asimilarla que seria el caso de Dante; estos serian uno de los pocos autores que alcanzaron el grado de canon occidental.
Es así como el autor nos trata de explicar como él realiza esta selección de autores mediante las cualidades que estos muestran para ser llamados cánones.

Pamela Hurtado Quispe dijo...

Al leer el prefacio se percibe que el "canon occidental"esta centrado en uno de los representantes de la literatura universal ,Shakespeare.
Bloom lo considera una figura central en su canon por transmitir una asimilación extraña en los lectores.Esa extrañeza que él denota como símbolo de originalidad ,que otorga el nivel canónico a una obra literaria.De esta manera Shakespeare en sus obras nos traslada a un lugar extraño , pero lo mas curioso es que nos hace sentir como en casa .También resalta a la Biblia hebrea como una obra que contiene extrañeza,escrita posiblemente por Betsabé, madre de Salomón.Esta obra posee misterio al no conocerse realmente a su autor,la subjetividad y el complejo psicológico que se infiere en la obra;lo que se relaciona con las expresiones de una mujer.
Nadie duda de las destacadas y reconocidas obras de Shakespeare, pues muchos quedamos maravillados por sus poesías y prosas,
consideradas las mejores.Sin embargo se sabe que Bloom presenta su canon personal , en especial a Shakespeare,pues al leer las obras literarias de los 26 autores, que escogió como cánones, lo han consolidado como lector y crítico. Así el canon literario puede convertirse en algo subjetivo permitiendo al hombre juzgar,opinar y escoger las obras que considere dignas de pertenecer a un canon,y para lograrlo debemos tener en cuenta que el origen para elaborar un canon es la constante lectura individual.

Paul Franco Hidalgo Blanco dijo...

Harold Bloom nos da una perspectiva crítica con respecto al multiculturalismo, el cual desemboca en una literatura que es impuesta por la "Escuela del Resentimiento" y que hace cada vez más difícil el establecimiento de un canon. Para evitar esto define al canon como un proceso original, estético y autónomo; el cual considera a Shakespeare como su figura cumbre, ya que representa esa extrañeza que hace trascender una obra canónica. Por esto lo pone de modelo en su "angustia de influencias", la cual mediante la herencia de influencias, permite alcanzar la originalidad y audacia que rompe y trasciende los esquemas y estándares impuestos por la sociedad.

Tus Buenas Compras dijo...

ALUMNO: Paul Renato Gastulo Foronda
En mi opinión, el autor no intenta dar una serie de pautas requeridas para crear una “maravilla literaria”, muy a pesar de que mencione en el prefacio la “extrañeza” y la “originalidad” como ejes repetidos en distintos autores. Puesto que estas características no tienen una estructura fija, son más bien elementos sui generis en cada autor, pero, justamente por haber llegado a ellas de distintas maneras se ha podido hacer esta división.
Es cierto que se ha apartado a los escritores latinoamericanos, pero esto es porque no se pueden tocar a todos los autores y todas sus obras, por ello Bloom solo menciona a Neruda y Borges en el prefacio, pero en el apéndice del libro hace mención de otros tantos autores latinoamericanos. Esto indica su búsqueda de lo estético y en resumidas cuentas es la demostración de su gusto pleno por la lectura. En la literatura se lucha por la inmortalidad y esta “extrañeza” y “originalidad” mencionadas son sólo los recursos que aparecen del propio egoísmo del autor para alcanzar dicha inmortalidad.
El canon no busca separar la diversidad literaria, a mi parecer, intenta el valor estético que no puede ser alcanzado por todos, generando conflictos entre ellos.

Anónimo dijo...


Alumno:Huacre Gutiérrez,Juan José

En este breve comentario, sobre el canon occidental de Bloom, voy a hablar sobre la originalidad como imitación del antecesor. Los escritores clásicos aceptados por la mayoría se les considera personas sumamente originales e imaginativas .Elaboran obras grandiosas e impresionantes para nosotros los mortales, más aun , se especula sobre su superioridad sobrehumana ,no obstante, esa afirmación es falsa casi en su totalidad ,ya que como se decía en la antigua Grecia: “De la nada sale nada”, es decir, toda producción literaria tiene un antecesor, influyente en mayor o menor medida que le proporciona ciertas ideas que serán asimiladas de tal modo que se nos muestra como originales y novedosos. “Todo discípulo debe matar a su maestro” en la medida de superar al antecesor, mejor aún, todo hombre que quiere trascender sobre lo común debe romper con lo convencional con lo repetitivo; no conformarse con la ortodoxia reinante en determinante tiempo y espacio; saltar de la cantidad a la calidad, esto es, evolucionar. En conclusión, una obra literaria es sobresaliente en cuanto sepa superar y asimilar a su predecesor, copiar de tal forma que nadie se percate de ello.

Max Arnold Espinal Mendoza dijo...

Alumno: Max Arnold Espinal Mendoza

En este prefacio, Harold Bloom nos da una lista de 26 escritores a los cuales les da el título de canon gracias a sus obras, a pesar de que algunos autores clásicos no son estudiados en este libro.
Lo que hace a un autor entrar en el círculo de canon en la literatura, es la "extrañeza" que se presenta en su obra. Una de las partes que llamó la atención, fue donde se da entender que una parte importante en el canon y de toda la literatura es la influencia en cada escritor; y es que el tema de la influencia literaria, para algunos críticos no es algo que se deba tomar con mucha importancia, mientras que otros lo toman como algo indispensable, no puede haber escritura vigorosa y canónica sin el proceso de la influencia literaria, a pesar de que es un proceso un tanto fastidioso y difícil de comprender, se debe realizar.
Y es que esta influencia genera una pequeña lucha, que es parte del proceso de transmisión literaria de un autor hacia otro,entre el genio anterior y aspirante, el gran premio sería la supervivencia literaria y tal vez la inclusión del canon. En pocas palabras se intenta de crear una especie de competencia entre dos escritores, uno influyente y el otro como receptor.

Jairo Ryler Geldres Montes dijo...

H. Bloom empieza su reflexión señalando la carencia de un centro en la cultura actual y luego nos manifiesta su elección de veintiséis escritores que según su punto de vista, y de forma hasta subjetiva pero atinada, considera que estos conforman el canon de occidente por ese toque de sublimidad y de naturaleza tan representativa de ella.
Harold Bloom nos plantea tres temas en los cuales gira todo el texto.
El primero de ellos es la autonomía del valor estético, el cual es fundamental para la construcción y posterior formación del canon.
El segundo trata sobre Shakespeare, ya que este genial autor es considerado la figura central del canon occidental por esta cualidad tan característica del canon pero con algo peculiar, la de causarnos extrañeza, sin embargo con un toque de familiaridad.
Y la tercera nos habla sobre la angustia de las influencias, la cual expone la importancia de la influencia literaria en los autores canónicos porque sin este proceso, como lo denomino H. Bloom, no puede haber escritura canónica. Es medular sostener la carga de las influencias para luego conseguir una originalidad tan sublime que transforma nuestra escritura en una merecedora en pertenecer al canon de occidente.

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

ALUMN0: Edy Robert Fernández Mendoza
El comentario que voy a realizar con respecto a la introducción al canon occidental de Bloom es el siguiente:
El autor trata de sintetizar toda la literatura occidental en una lista de tan solo 26 autores, los cuales han sido seleccionados por diversos puntos que Bloom considera importantes, en lo que a mí respecta, no estoy un tanto de acuerdo cuando el escritor dice: "(...) pero ningún poeta de nuestro tiempo ha igualado (las obras de autores grandes)" porque, creo yo, cada literato tiene influencias del contexto en donde están y por consiguiente tienen distintas formas de expresarse y esto muchas veces, no concuerda con la forma de interpretación y la selección que Bloom considera obras "canónicas". Es decir, cada autor es original en su forma de escribir, pero también este tema es abordado por el autor del texto pero denominándolo "extrañeza" y lo define como una originalidad que no puede ser asimilada o que mas bien, la obra nos asimila y por consiguiente dejamos de verla extraña; es por eso que, al no interpretar originalidad como algo nuevo, deja de lados a los autores modernos que, según él, no han llegado a parecerse a los escritores del canón.

Unknown dijo...

Por Dyan González Saavedra

La cantidad de obras de literatura de imaginación de que disponemos desborda nuestras posibilidades; aprehenderlas todas resulta poco más que imposible. Nuestra vida, humana por donde se la mire, al ser tan efímera en términos, por así decirlo, olímpicos, ha de enfocarse en aquello que merece ser leído. ¿Qué textos son los que, por poseer ciertas características esenciales y formales que en un punto determinado comparten entre sí, condición que los unifica en un cuerpo de ‘ineludibles’, debemos abordar con la mayor acuidad posible? Bloom llama a aquellas construcciones “obras canónicas”, y a sus autores los considera representantes y adalides del canon occidental. Su canon, en realidad, como él aclaró, puesto que, si bien existe un consenso sobre la imprescindibilidad de un número reducido de autores y sus respectivas creaciones, el fundamento para la elección que realiza es puramente estético y, por tanto, subjetivo, evocación de su ‘individualidad’. Sus criterios se sustentan en una estética de las influencias y las luchas agonísticas “interartísticas”, de las que el vencedor se enarbola reconociéndose hijo de sus predecesores y a la vez sacudiéndose de ellos. Así, el escritor y el lector ideales de Bloom se encuentran en un estado de constante «angustia de las influencias» en el que la grandeza de los canónicos se erige ante ellos como una muralla aparentemente infranqueable, pero siempre solícita a la osadía de los “canonizables” de abrirse paso desde el interior valiéndose de la creatividad y renovación literarias y estirando el brazo para tocar la inmortalidad.
El canon se nos impone, antes que por una ente omnipotente, por las cualidades mismas de las obras, que configuran a la vez lo que entendemos – o entendíamos- por cultura occidental (cultura que es nuestra en gran medida, aunque se pretenda rechazarla o reducirla). Es esta una realidad insoslayable. Realidad que, sin embargo, no nos inhibe de valorar y estudiar diversas manifestaciones literarias ‘más nuestras’ que, con sus particularidades y logros, enriquecen la vasta pampa de la literatura.

Unknown dijo...

Acerca del "Prefacio y Preludio" de la lectura El Canon Occidental rescato los siguientes puntos:

1) Harold Bloom menciona a veintiseis autores que son considerados por él como los ejes de la literatura dentro del marco de la escritura canónica, es decir textos selectos y principales influencias dentro del arte de la literatura.

2)Harold Bloom plantea ¿qué convierte al autor y las obras en canónicas? y responde que esto es posible mientras exista eso que hace que las obras tengan una forma extraña de ser originales.

3)La originalidad de un autor que le pertenece al canon de la escritura utiliza como herramienta lo profundo de su interioridad y así no quede opacado por sus antecesores u otros escritores, es decir, se gane un lugar.

4)El hombre a través del tiempo se ha conservado como tal en lo que a sus sentimientos se refiere, tanto en el pasado como en el presente las personas sintieron amor, odio, miedo, tesón, paciencia, desilusión, etc. Por lo tanto el autor de una obra debe de considerar siempre estas caracterísiticas netamente humanas.

5)En la literatura ocurre que de dos puntos de vista distintos, es decir que se confrontan, uno aprende del otro y viceversa. Y así los lectores pueden conocer ambas posturas contrastándolas y tomándolas de base para formar su propio criterio.

Brandom Lavado dijo...

En la lectura, Bloom expone el por qué algunas obras son consideradas canónicas de la literatura y la existencia de este canon.

Bloom expresa que, el que algunas obras expresen todos los trastornos de la humanidad al unirse a la memoria social de las personas, engloban algo que es muy común en nuestra naturaleza, y por esto, son considerados como obras canónicas. También apoya el hecho de que en cierta época un género sea más exaltado, dándoles mayor prestigio a algunos escritores.

Según Bloom un aspecto fundamental es el valor estético —dominio del lenguaje metafórico, dicción— y la originalidad literaria —poder cognitivo, sabiduría— lo que hace que ciertas obras causen «extrañeza» por lo cual se convertirían en obras canónicas.

El canon existe debido a que somos mortales nuestro tiempo es limitado y es esto lo que nos impediría leer la vasta producción de libros existentes, ya que tendremos que dejar a algunos para leer a otros, resaltando así a algunos autores que por su habilidad estética y originalidad han destacado sobre el resto y aún están vigentes en esta época.

Anónimo dijo...

Anónimo Anónimo dijo...
En El canon de occidente se muestran los emblemas literarios, comenzando con Shakespeare,considerado el mayor escritor de todos los tiempos, transitando sin cronología las tres etapas propuestas por Giambattista Vico - Teocrática, Aristocrática, Democrática y Caótica (esta ultima creada por Harold Bloom)- y proponiendo una teoría sobre las influencias, las lecturas creativas y erróneas las digresiones entre los participantes de la defensa y la destrucción del canon. Se menciona también que los poemas, relatos ,novelas, obras de teatro nacen como respuesta a anteriores poemas, relatos, novelas u obras de teatro lo cual, pienso yo, contradice la originalidad literaria y relega las obras contemporáneas a solo ecos de los cánones.
Franco García Ramirez

Janie Lu Huaman Herrera dijo...

A todos nos ha pasado, en la escuela o en una comunidad académica solían “elegir” los libros que deberíamos leer, la razón de tal elección no es arbitraria, socialmente se ha formado un imaginario colectivo, una idea de literatura, muchas veces excluyente al cual le adjudicamos un nombre: canon, un modelo restringido, excluyente y preferentemente occidental a pesar de la multiculturalidad expresada hoy, ni que decir de los que pensamos que los géneros de la literatura se limita al solo campo escrito, también hay literatura oral. La belleza estilística es parte de las obras, pero no podemos negar el trasfondo, la intención y el contexto social – histórico en el que están sumergidas, la originalidad del autor en mi opinión no es tan “original”,la obra no es estrictamente individual.

Luis Fernando Diaz Caceres dijo...

Mi deseo en esta participación es intentar abordar una serie de puntos de vista que bien pudieran reunirse bajo el título de: La defensa del canon en tiempos difíciles. Me parece una tarea necesaria y apremiante lograr este objetivo. Las lecturas erróneas que se han establecido sobre Bloom son numerosas y las dificultades que proporcionan al debate intelectual, aún mayores. Se ha llegado a concebir al canon como un grupúsculo de escritores que han llegado a esa posición producto de las peripecias y argucias de otro también reducido conjunto, al cual se le atribuye la función de mantener el Establishment o Status quo; no hay nada más ajeno y opuesto a las ideas de Bloom. Para él, por el contrario, el canon debe ser considerado como la relación que se establece entre el lector y escritor individual en función de lo que se ha conservado de entre todo lo que se ha escrito, llegando a cultivarse de esta forma el Arte de la Memoria (actividad inusual en este Imperio de lo Efímero en el que vivimos).
Por otro lado, los resultados negativos que ha tenido la Globalización o la Aldea global, como solía llamar a este fenómeno Marshall McLuhan, no son pocos. El acceso a más información no significa que se dispondrá de más conocimiento.
Del mismo modo el multiculturalismo, que es un “logro” de los debates que se han realizado en los últimos años acerca de lo que se debe de entender por cultura, nos ha conducido a un relativismo cultural asfixiante. Las artes han sufrido el efecto de ello. Al no tener un criterio que permita establecer la calidad de la producción artística, se ha llegado al extremo de que todo puede ser arte y, al mismo tiempo, nada lo es. Bloom cierra su libro con la desconfianza en que la educación literaria tenga un futuro ya que “la numerosa caterva de Resentidos del valor estético de la literatura no va a desaparecer, y engendrará a resentidos institucionales para que les sucedan”.
La defensa del canon no debe entenderse como un anacronismo (debe recordarse que las humanidades a diferencia de las ciencias no deben de destruir lo anterior para llegar a progresar, sino que se reinventan en sus acercamientos y conflictos con sus antecesores) sino que es una forma de mantener la “altura cultura” sin que esta se frivolice y banalice. Porque los buenos libros, en este punto discrepo con Bloom, nos permiten entender mejor el mundo en que vivimos, estableciendo en nosotros el implícito compromiso de mantener lo mejor de la humanidad.

José David Chávez Quispe dijo...

Harold Bloom seleccionó a veintiséis autores, siendo considerados por él como los más aptos para pertenecer al canon occidental, sin embargo ésta no podría considerarse una selección objetiva, pues se omite a varios literatos que personalmente deberían pertenecer al canon. Ahora bien, desde mi percepción (desde una mirada general) el hecho de tener que escoger limitados autores para un modelo “de lo que mejor representa” a la literatura occidental ya no puede considerarse del todo correcto en nuestra época, pues el mismo autor menciona que no podría hacer una selección de decenas o centenas de autores.
Entonces, ¿Sería correcto enfatizar la lectura occidental a través de unos cuantos autores a nuestra realidad como sociedad?, creo que todo depende de cada individuo (ligado a vivir un sistema de vida en base a sus experiencias) y decidir que leer (con esto no quiero menospreciar a autores de gran importancia para la literatura, como por ejemplo la relevancia que representó Shakespeare para Bloom). En cierta forma es interesante optar por tener una lista de autores y obras esenciales que toda persona con afán de conocimiento podría leer (más que todo como un material básico, que en nuestro caso, como universitarios que somos, nos enriquecería intelectualmente, pues crea un espacio de lectura y debate).

Ana Milagros Huiza Flores dijo...

Alumna: Ana Milagros Huiza Flores
Harold Bloom, nos quiere dar a entender en esta lectura que lo que convierte a los autores en canónicos mayormente es el modo en el que desenvuelven un tema, y en la mayoría de los casos es la "extrañeza". En el primer caso hay una forma de originalidad que no puede ser asimilada fácilmente, un ejemplo claro es la de Dante. En el segundo caso es una originalidad que se convierte en algo tan asumido, como lo dice el autor, que no podemos distinguirlo, aquí podemos tomar como ejemplo a Shakespeare, quien según el autor es el más grande escritor que podemos llegar a conocer.
También nos comenta que para alcanzar una originalidad significativa en la tradición literaria occidental se debe seguir con la tradición ya existente y de ella poder derivar la propia con la cual se forma una lucha por la "supervivencia" de esta, que definirá si entra en el canon o no.
Por último dice que en el transcurso de los años la aplicación del canon a significado su misma destrucción debido a que ahora se estudia estos personajes debido a la procedencia y no solo por su modo de hacer literatura.

Fatima Lorena Flores Vivar dijo...

Harold Bloom nos dice en su libro que una obra para ser considerada Canon debe mostrar un signo de originalidad, que según él sería: “esa extrañeza que nunca acabamos de asimilar, o que se convierte en algo tan asumido que permanecemos ciegos a sus características”
Y eso sería correcto, pero lo que sucede es que los autores que nos muestra, puede que presenten esas características así como pude que no, ya que cada lector puede considerar a una obra como se le dé la regalada gana.
Bloom puede hacer una lista de autores y denominar a esos autores como canónicos (para él), pero denominarlo como occidental sería demasiado ya que estarías nombrado un territorio como modelo y eso sería como poner una valla en el camino de los lectores activos y futuros lectores pues Bloom va dejando de lado a muchos otros autores, ya que para él tal vez no muestran “originalidad” o “belleza” y eso no se debe permitir pues creo yo que lo mejor que se puede hacer es : Dejar leer lo que se quiera leer.

niel jefferson flores zarco dijo...

la lectura dada sobre el CANON OCCIDENTAL es un estudio de 26 escritores, los cuales son considerados canonicos.
estos son considerados enblemas o pilares de la cultura, que con sus obras dejaron huella en el tiempo.
por eso la lectura de una obra ,canonica, por primera ves, se experiemnta sierto asombro o misterio.
es pues ,Shakespeare, considerado un gran autor ya que en sus obras, considerados canonicas, por ciertas caracteristicas de extrañeza, lo cual es muestra de originalidad.
Como dice en el texto-" Un signo de originalidad capaz de otorgar el estatus canonico a una obra lietaria es esa extrañesa que nunca acabamos de asimilar, o que se convierte en algo tan asumido que permanecemos ciegos a sus caracteristicas"-.es cierto esto porque uno no puede terminar de contemplar toda la extrañeza o quisa es que es tan usual o comun que ni cuenta nos damos de ella.


Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo...

ALUMNO: José Alfredo Huali Acho
Es, creo yo, muy difícil hablar de un canon en estos tiempos globalizados, porque ha ocurrido lo que Bloom temía: se ha abierto el canon, lo que ha llevado a su posterior destrucción.
Debido a la inmensa y desordenada producción literaria ha ocurrido un olvido del canon, ya que como nadie sabe a hacia donde ir ocurre un caos intelectual. Ahora, el causante de esta abundancia y predilección por una lectura impuesta por el mercado es la desvalorización del aprendizaje. Bloom acertadamente dice: “Lo que se ha devaluado es el aprendizaje como tal, como si la erudición fuera irrelevante en el reino del juicio acertado o erróneo.”
La desaparición de una conciencia cultural y el ensalzado aprecio del espectáculo visual y la necesidad de encontrar contenidos que aborden temas y realidades familiares para el lector, han hecho que decaiga el nivel literario. Pienso que la inicial apertura del canon representa una degeneración cultural, ya que, viendo la actualidad, la cultura se ha viciado, la conclusión de que “todo es cultura” (o “todo es arte”) permitieron una dilapidación de lo canónico.
Actualmente hay tantos autores (buenos, malos, regulares) que la formación (o reaparición) de un canon resultarían imposibles de pensar, la globalización es una de las principales causantes de esto, el abrir el conocimiento a tantas variantes culturales han degenerado el concepto del canon, ya que se opone a la concepción primigenia y elitista de este. Hay que tener en cuenta que el canon es propio de una elite, dice Bloom: “los cánones siempre sirven indirectamente a los intereses y objetivos sociales y políticos, y ciertamente espirituales, de las clases más opulentas de cada generación de la sociedad occidental.” La cultura, pienso yo, siempre ha sido más accesible para las elites pudientes (pero no estoy desprestigiando a los autores que surgen en zonas no tan aventajadas, ellos pueden formar parte del canon, siempre y cuanto presenten las características necesarias, esta “suma de la extrañeza y la belleza” que Bloom especifica).
Pero volviendo al tema de la imposición de un canon en el contexto actual, hay que establecer que fue esta debacle del concepto de cultura (causado por la apertura del canon) el que causo este retroceso intelectual, ahora creo que sería muy complejo (o imposible) tratar de encontrar una solución específica a este problema de la lectura; sé que mi postura resulta pesimista, pero en un contexto donde, citando a Bloom: “La moralidad del saber, tal como se practica hoy en día, consiste en alentar a todo el mundo a sustituir los placeres difíciles por los placeres universalmente accesibles precisamente porque son fáciles”, me hace pensar que la asimilación de un canon es una idea, un tanto, ilusoria.

Unknown dijo...

En el mundo occidental existieron muchos autores, pero pocos de estos supieron destacar.

Para alcanzar el canon occidental, no solo es hacer la literatura y divulgarla, sino que esta tenga lo necesario para romper esquemas dentro de lo que se considerar tradicional.

Para Harold Bloom claros ejemplos de autores que impusieron sus ideas fueron Shakespeare ,Dante, entre otros canónicos (para Harold Bloom,fueron 26). Pues ellos no solo lograron cautivar al lector imponiendo sus propias ideas frente a la influencia social y cultural, sino con la suma de la “ extrañeza ” y la “ belleza”.

Oscar Alejandro González Hinostroza dijo...

Harold Bloom considera a veintiséis escritores como canónicos puesto que en estos la característica de originalidad persiste. En contraste, esta característica es perdida en muchos otros que se ven influenciados. Un claro ejemplo de esto, son aquellas obras obligadas a nacer a partir de otras que él considera “obras precursoras”.
Es por este motivo que Shakespeare, es considerado por Bloom como el escritor más grande: el escritor medular. Aquel que ha podido sobrepasar esta la barrera de las influencias, puesto que su poder de asimilación y contaminación es único.
Cabe resaltar que Bloom, también menciona de manera escueta a aquellos que desean preservar al canon aludiendo y basándose en principios morales que consideran meritorios a ser preservados y, aquellos que quieren derrocarlo con fines meramente personales.

Anónimo dijo...

Marilyn Huamani Guillen

Bloom nos presenta a veintiséis escritores tomados; según podemos notar, bajo un gusto personal, del cual debemos suponer ha sido formado como lector y crítico. Un punto importante relacionado a ello es la selección de escritores propuesto por Bloom, como por ejemplo Shakespeare, Goethe, montaigne, cervantes, etc ,lo cual ha promovido la creación de controversias, el cual no considero correcto, en mi opinión creo que la selección de todos estos autores que según Bloom deben formar parte del canon occidental y que conforman las bases de las postreras construcciones literarias ,corresponden a una elección personal propia del autor y que no debe ser tomada como algo universal, sino como una mera propuesta.

Regina Gabriela Garrido Alvarez dijo...

¿Qué textos podrían ganarse esa tan ansiada “inmortalidad”? ¿Cuáles son estos títulos que no podemos dejar de revisar con una ardua lectura? Según la apreciación de Bloom, son aquellos que presentan esa originalidad y extrañeza que deja en nosotros, los ávidos lectores, aquel sentimiento de regocijo y exaltación al concluir con su lectura. Una subjetiva lista con veintiséis figuras literarias, establecen el canon occidental planteado por este; Shakespeare, Milton, Dante, Goethe, Dickens, Joyce, son algunos de estos escritores que por la agudeza que presentaron al escribir sus textos, lograron en ellos la esencia que ahora nosotros consideramos magistral, esencia que según Bloom hace que este personaje sea considerado “autoridad en la cultura”. Mas, citando a Bloom “Shakespeare no nos hará mejores, tampoco nos hará peores, pero puede que nos enseñe a oírnos cuando hablábamos con nosotros mismos”.
El canon lo imponen las mismas obras, esas características que hacen que una sea considerada superior a otra, cualidades que logran que aún en la actualidad sigamos leyendo a figuras como Esquilo, Dostoievsky o Wilde frente a toda la fresca y reciente literatura contemporánea. Aparte de la grandeza que puedan presentar estos textos y su valor estilístico, también está presente ese inherente establecimiento de un esquema ya prediseñado que aparece desde el momento en que nos sumergimos en este espacio tan extenso como lo es el de la Literatura.
En la actualidad, la tarea de establecer un canon reciente, parece ser un tanto compleja, la aparición de diversos escritores, el diferente contexto social, la tan sonada globalización, hace que este cometido sea bastante complicado. Lo que es cierto, es que sin importar el discurrir del tiempo y así el concepto de “cultura” varíe, hay títulos que a través de las generaciones seguirán obteniendo la misma respuesta por el lector, títulos que esclarecen nuestra visión del espacio en el que vivimos, títulos capaces de lograr un avance en nuestra búsqueda personal.

Regina Gabriela Garrido Alvarez.

FXLLFXMXDXS dijo...

Jorge Ingaruca Ortiz
Harold Bloom quien diluye y sustenta claramente una postura occidental, el cual se sitúa en un contexto. Con su trabajo busca proponer una plataforma, la cual sirve como modelo para su sociedad, esto, en el nivel educativo y cultural.Ahora Bloom analiza un punto importan el cual es: como se convierte al autor y las obras en canónicas. Según sustenta es la originalidad lo estético y la influencia. Pues nos muestra ejemplos claros como Dante y Shakespeare.
Como la sociedad tiene cambios gravitantes e históricos; de la misma manera la forma de sentar una base de un canon literario es cambiante.Con el pasar del tiempo hay personas que defienden un canon el cual sirve de interés, lo cual no debiera ser de esa manera; esto nos haría caer en el error de que ahí queda el espíritu innovador. En conclusión lo que Bloom sustenta es valido para su contexto y sociedad, ya que abarcar un canon universal es imposible y peor en esta sociedad globalizada y cambiante (supuesta mente), y a esto mencionar que en la actualidad, la expansión social y cultural es vasta, entonces el comportamiento de cada región es distinta, entonces elegir un canon es de la misma manera.

Kevin Jordan Gómez Alcántara dijo...


Puedo inferir que Harold Bloom tiene una tendencia “aristotélica” (refiriéndome solo a la similitud entre este libro y la Poética del griego). Viendo de manera superficial, la intención del autor se asemeja a la de Aristóteles en la medida de catalogar o indicar que una obra trascendental debe poseer ciertos elementos (la “extrañeza”, a la cual dicha obra debería guiar y hacer sentir al lector, y una estética). Pero lo que diferencia a estos dos individuos es el hecho que, para Harold Bloom, esto no es estático; es decir, el canon no sirve como un modelo estricto a seguir. Otorga un listado de 26 autores considerados partes del canon pero no debido a que dichos autores solo siguieron este “modelo básico”, sino que además superaron o innovaron esta estructura inicial. En otras palabras y de manera coloquial, el canon tendría un objetivo, mostrarnos un límite que, dependiendo de cada lector y futuro escritor, se debería superar.

Unknown dijo...

El establecimiento de un canon occidental es necesario, en ella se incluye a los literatos más resaltantes de la historia de la humanidad; es por ello que Harold Bloom ensalza a Shakespeare, al haber plasmado en sus obras con gran originalidad temas universales, que trascenderá a lo largo del tiempo. Sin embargo, los cánones se rigen por patrones extra literarios como: la política, la economía, la educación, la sociedad, etc que impera.
Bloom critica la vanalidad con que se estudia los valores estéticos de las obras literarias. Por ello formula la Escuela del Resentimiento, según él emana de la lucha de clases.

Unknown dijo...

ALUMNO: Alvaro Cuadra

Los escritores son como cuerpos celestes y su obra es o bien la luz que irradian por sí mismos o bien la luz que se prestan de otros. Primero, las estrellas fugaces o meteoritos. Estas, como su mismo nombre lo dice, no tardan en esfumarse; sin embargo, causan una penetrante emoción cuando se las ve. Pasan raudamente y su luz es intensa, pero pronto se pierden en la oscuridad y son olvidadas. Los planetas son opuestos en todo sentido a las estrellas fugaces. Estos cuerpos no poseen luz propia y, pese a esto, están ahí, en el firmamento, iluminando las noches y cuando se mira al cielo (no importa en qué lugar nos encontremos) se está seguro de su presencia, aunque no siempre se vean. Sin embargo, solo los consideramos por la luz que reciben de otros cuerpos, aún más, sin esa luz ni tendríamos noción de su existencia. Finalmente, están las estrellas. Las únicas cuya luz es propia y se mantienen siempre estáticas en el espacio. Iluminan tanto en la noche como en el día. Las más son visibles solo en la noche, pero hay unas pocas cuya luz nunca deja de alumbrarnos. Sin las estrellas, pues, los planetas serían objetos invisibles en el firmamento. Asimismo –a diferencia de las estrellas fugaces– su visibilidad no está restringida por la ubicación del observador, y esto se debe a que las estrellas no corresponden a una fracción de un todo, sino al todo mismo. Su luz es auténtica, propia de ellas, y se distinguen fácilmente por su singularidad. Sin ellas no concebimos representación alguna del firmamento. Cuando a una persona cualquiera se le dan unos colores y se le dice: “Dibuja el cielo”, en su dibujo podrán faltar los planetas, los meteoritos, pero nunca las estrellas (no importa si el dibujo representa un cielo diurno o nocturno).
Los cuerpos celestes, pues, están en el firmamento y al alcance de todo observador; sin embargo, son pocos hoy en día los que miran hacia arriba y dentro de estos pocos están los que miran solo para ser vistos y los que alzan su mirada, pero esta se detiene en la luz de los postes y con ello se contenta. Hay, asimismo, otros que prefieren las estrellas que ven desde su ventana e ignoran a las demás y otros que, ambiciosos, quisieron ver al sol y se cegaron. Los más, no obstante, son los que nunca miran hacia arriba y viven en la luz sin saber quién o qué la produce. Esto se debe a que ellos temen a la oscuridad.

Unknown dijo...

Alumno: Jayro Jurado Urbina

El canon occidental de Harold Bloom aparece como una propuesta catalogadora basada en la exposición de 26 escritores, a los que señala como “autoridades en nuestra cultura”. Toda esta selección, aparte de estar sujeta a un criterio subjetivo, encuentra su disceptación en la capacidad natural representativa que cada autor y obra -de los propuestos- poseen.
Sobre el primer criterio que tomó en cuenta Bloom para establecer su canon occidental, no se puede entrar en discusión, ya que en gustos y preferencias señalar lo correcto o incorrecto sería cuestionar el pensamiento individual. Aunque resulta curioso el número de escritores ingleses que conforman esta propuesta, esto es quizá solo una curiosa coincidencia; sin embargo, esta coincidencia se convierte en algo debatible.
Sobre el segundo criterio, muy discutido por cierto, podemos diferir hasta llegar a oponernos totalmente contra ciertos nombres que nomina Bloom. Sin embargo, estos representantes canónicos propuesto por Bloom no dejan tener la importancia requerida para ser parte de este grupo “selecto”. En mi opinión, se debería empezar analizando la relación Shakespeare-Bloom, que es sin duda el pilar del canon occidental que propone Bloom.
El que sigue una formación humanística debe estar encumbrado a realizar el sueño de convertirse en un “uomo universale”, y con eso asumir un canon de lectura que actuará como un legado para otros –formación culta que debe construirse para alcanzar este título- y sin duda habremos trascendido en la historia. Este reto debe estar acompañado de un sistema-guía que nos ayude –a través de una herencia cultural- a organizar “otro canon alternativo”. Es decir, listar obras que sean leídas de manera apasionantes en todo tiempo y contexto desde nuestra cultura. Quizá sea esta la noción más importante que nace de la propuesta de Bloom y su canon occidental. Propuesta polémica -pero no por ello sugerente- que nos sirve para iniciar un nuevo ejercicio de canonización de obras y autores de nuestra propia cultura.

huaman prado elizabet dijo...

Harold Bloom, exhibe una serie de autores (26) que se han convertido en canónicos. Desde el principio, se percibe a Shakespeare como el sumo representante de la literatura y que va a servir para “medir” a cualquiera otro autor, por lo cual se divisa que el autor siente una inclinación o y predilección por este. Entonces ¿qué se entiende realmente por canon? El autor alega que una forma de originalidad capaz de otorgar el estatus canónico a una obra literaria es esa extrañeza que nunca acabamos de asimilar , pero lo que hace Bloom es configurar una lista de canónica que responde a intereses mercantiles y sobre todo personales, ya que el canon surge como una lista considerable de obras valiosas y dignas, y que en el proceso de selección Bloom propone a autores occidentales, de raza blanca , y de sexo masculino , que esta se ampara de una empresa cultural y sometida al yugo económico . Es criticable el olvido por parte del autor de las raíces griegas, latinas y españolas. Por consiguiente me atrevo a decir que el canon es producto de la lectura personal y no de las recomendaciones interesado por parte de algunos críticos.

Gonzales Torres, Juan Carlos dijo...

Harold Bloom no describe una veintena de obras que se deben leer; una de las intenciones de su libro está en remediar esa errónea percepción que se tiene del canon. Es decir, en la que es vista como una imposición de una élite. Bloom habla de que puede hacerse un estudio de 26 escritores, más no de 300. En esto reside su idea del canon. Para él, la concepción del canon se forma a partir de una eficiente administración del tiempo. Es decir, al elegir una minoría dentro de un amplio conjunto de obras, se logra no perderse de aquello que ha ganado una elevada posición. Aquello que hace llegar a un autor al status de canónico, es un grado de extrañeza, de originalidad que suscita en los lectores una inexpresable sensación. Un autor canónico -o que pretende serlo- se dispone a aceptar sus influencias, a luchar contra ellas. En conclusión, no considero la imposición de un canon por parte de Bloom, sino más bien una incitación a ser selectivo con las obras. Imaginar un canon en los tiempos de globalización resulta tarea difícil, ya se nota un desinterés en salvaguardar lo que es el gran tesoro de la humanidad, hasta que no se atrevan a mirar más allá de los resúmenes, hasta que simpleza sea el ideal máximo de la época; no se encontrará la esencia propia del ser humano, la sensación de saberse encontrado, de mirar al profundo de nosotros. Todo ello va extinguiéndose lentamente. ¿Testigos?.

Jose Cruz Coronado dijo...

Para el autor Harold Bloom plantea que el canon literario es la manera como las obras literarias marcan su trascendencia a través de la influencia que generan a otros autores ,y ello se puede ver en sus obras
que el autor marca su originalidad relativa ya que en su obra se puede percibir el tema abordado por autores anteriores a el y de alguna manera asi explica Boom de que se trata el canon literario occidental.

Unknown dijo...

Kim Ji Song
En esta introducción, el autor dedica aclarar o indicar a los inspirantes literarios el camino para sobrevivir en su destino, de manera algo mucho mejor que de la de ahorita, que culmina con ideología mercancía a la mente de la humanidad. Y esa intención la podemos implicar con la palabra originalidad que es justamente la clave de este contexto. Pero también se resalta su deseo de establecer la religión literaria occidental,ofreciendo los 24 autores como los únicos y máximos nutrientes que puede alimentar suficientemente a los “canonistas” inferiores. Principalmente él explicó suficientemente el sentido de su palabra originalidad. Pero no puedo decir que ha dicho perfectamente porque muestra una gran contradicción en sus argumentos. Bloom afirma sobre la interacción constante entre una gran unidad de la originalidad y las de inferiores,pero evita con alegría la relación de la literatura con filosofía y muestra su posición escéptica sobre su rol que era predominante en el cambio de las ideas colectivas y la sociedad durante unos siglos pasados. No hay nadie que no le gusta la miel pura y eso igual con la de la literatura pero todos saben que la miel no es como el oro que está compuesto por sólo un material. El sueño que vuela fuera de la realidad solo es una obsesión. De toda manera, el esfuerzo del autor es muy favorable, teniendo hasta la tendencia neoclasista e intentando a establecer el marco del imperio de la literatura correcta, desde otro punto de vista algo innovadora.

Anónimo dijo...

alumna: Mery Gavilan Baños.

Llama la atención como Bloom menciona a la autora de la biblia hebrea, como alguien que refleja a un Yahvé humano, más humano de lo normalmente conocido por todos en la actualidad. Esta obra no es tratada por él como tradicionalmente se hace; ósea, algo que tiene que ver con la religión, más bien como una obra literaria donde no solo se narran historias de grandes personajes bíblicos, si no que la autora narra con total libertad las vivencias de Yahvé ya no como un personaje divino.
J se gana el calificativo del mayor blasfemo al mostrar ante el lector a Yahvé como un ser humano realmente capaz de ser un hombre mundano y neurótico. Probablemente queriendo mostrarnos al Yahvé hombre, el que está cerca de nosotros, y no al ser divino e inalcanzable que representaría. Lamentablemente, la intencionalidad y la obra de la autora no fue respetada, siendo distorsionada una y mil veces hasta convertirse en la obra que conocemos hoy en día: la biblia.

Anónimo dijo...

El canon occidental de Harold Bloom es un libro interesante que te muestra la perspectiva del autor con respecto a ciertos autores, mas no en sus obras. En su libro Bloom nos presenta a veintiséis escritores, considerados cánones de nuestra cultura por su esteticismo y su originalidad. La “extrañeza” es lo que Bloom destaca más a Shakespeare, pues dice que este es el centro de su canon. La extrañeza es una forma de originalidad que no puede ser asimilada, o que está asimilada de tal forma que dejamos de verla como extraña. En mi opinión, en concordancia con los críticos, destaco que un canon no puede estar compuesto sin Lope ni Góngora ni otros importantes escritores, pero no es nuestro canon, sino de Bloom. El canon de Bloom es subjetivista, se puede estar de acuerdo o no de acuerdo con ella.

Unknown dijo...

Se sabe muy bien que, en la crítica literaria, el mejor método de dejar huella consiste en manifestar alguna hipótesis audaz y reiterarla
por todos los medios que sean posibles. Gracias a El canon occidental, Bloom hizo posible este acontecimiento al poder ser vocero de los que reclamaban reconsiderar a los literatos clásicos.

Este autor pretende con este libro, según mi opinión, ponerse en la posición de juez literario máximo, quien trata de imponer lecturas seleccionadas por él como las más originales, por su extrañeza y belleza(Walter Pater define así al Romanticismo, pero Boom menciona que esa definición encaja perfectamente a toda escritura canónica). Resalta a autores específicos como los que mejor sobresaltan, un claro ejemplo es Shakespeare, sin considerar otras características que su bibliografía de herencia(me refiero a su padre literario) y su angustia de influencia, que hace posible su "originalidad". Cada crítico lector tiene su preferencias(no me refiero con esto a cualquier lector crítico, me expreso para los más reconocidos críticos literarios). Cada uno tiene sus autores cánones preferidos, pues, todos los escritores literarios que son reconocidos internacionalmente, sin ninguniar a nadie, tienen características propias relevantes que se deben considerar.
Es, obviamente, cierto lo que menciona Boom acerca de que los textos actualmente son producto de la fama momentánea, el interés comercial, la oportunidad política,etc. y, lógicamente, esto se desvanece rápidamente, no como las obras que perduran por su "extrañeza" y su "originalidad"(supuestamente originales porque según la ironía emersoniana no son originales en sí, solo el inventor sabe cómo pedirlo prestado).

Anónimo dijo...

El canon occidental de Harold Bloom es un libro interesante que te muestra la perspectiva del autor con respecto a ciertos autores, mas no en sus obras. En su libro Bloom nos presenta a veintiséis escritores, considerados cánones de nuestra cultura por su esteticismo y su originalidad. La “extrañeza” es lo que Bloom destaca más a Shakespeare, pues dice que este es el centro de su canon. La extrañeza es una forma de originalidad que no puede ser asimilada, o que está asimilada de tal forma que dejamos de verla como extraña. En mi opinión, en concordancia con los críticos, destaco que un canon no puede estar compuesto sin Lope ni Góngora ni otros importantes escritores, pero no es nuestro canon, sino de Bloom. El canon de Bloom es subjetivista, se puede estar de acuerdo o no de acuerdo con ella.
Nicolle De Rutté Medina.

Anónimo dijo...

¿Qué se entiende por canon? Aduce que un signo de originalidad capaz de otorgar el status canónico a una obra literaria, aquella extrañeza que nunca acabamos de asimilar o que se convierte en algo tan asumido que permanecemos perplejos a sus características. El canon literario es puro subjetivismo, idea de un gusto universal y necesario pero que conservan su valor temporal subjetivo, como intentos de expresión de un espíritu que siente, sufre, y se busca en nuestro tiempo. Pero el canon literario no está presente para decirnos que leer ni cómo leer, sino aquellas lecturas que son dignas de relecturas según Bloom. Esto hace cuestionar la importancia del canon y cómo incide en la crítica y en el crítico, en medida de discutir la ausencia de obras en un canon, atenta directamente contra la crítica en sí mismo. Si bien es cierto que, no todas las obras son bastante buenas para ser recordadas o releída. El canon es fruto de la lectura personal y no de las recomendaciones interesadas por parte de algún crítico. Los escritores, artistas y compositores determinan los cánones, teniendo puentes entre precursores y sucesores. Lo que Johson y Woolf denominaron el lector corriente todavía existe, probablemente siga siendo receptivo ante las sugerencias de lo que debería leer. Tal lector no lee para obtener un placer fácil o para expiar la culpa social, sino para ensanchar una existencia solitaria. ¿Cómo puedes enseñar la soledad? La verdadera lectura es una actividad solitaria. Las angustias más profundas de literatura, que se contagia de todos los trastornos de la humanidad, incluyendo el miedo a la mortalidad, de unirse a la memoria social o común. Dicha influencia contiene componentes psicológicos, espirituales y sociales, pero su elemento principal es estético. El valor estético puede reconocerse o experimentarse, pero no puede transmitirse a aquellos que son incapaces de captar sensaciones y percepciones, según todos los antiguos griegos, estética y agonística son una sola cosa, verdad que posteriormente fue recuperada por Burckhardt y Nietzsche. Las sensaciones nos llevan instintivamente a creer en la existencia de un mundo exterior; y si dicha creencia se sujeta al examen de la razón, esta confirma la misma verdad, fundándose en las ideas generales de causas y efectos.
Huarac Alayo, Luz

Unknown dijo...

Harold Bloom menciona a 26 escritores quienes forman parte del “Canon occidental”. Cada uno tuvo influencia en su época, y son elegidos para formar parte del canon por su originalidad. Se menciona a “los precedentes” y “La angustia de la influencias”, no se intenta decir que el escritor es una mera ni sutil copia de su precedente o de su influencia, si no que tienen en su escritura ciertas características que también las tienen sus antecesores, pues una nueva idea implica partir de una previa, pero estas características van desapareciendo poco a poco y cuando llega el punto en el que estas ya no se encuentran o hayan evolucionado, es cuando es escritor formo su propia “extrañeza”. No creo que en todos los casos “el alumno supere al maestro” pero si logró “el deseo de ser diferente, de estar en otra parte, en un tiempo y en un lugar propios” y así tener su propia originalidad y su vigencia hasta hoy.
Partiendo de lo ya expuesto, teniendo en cuenta a los 26 escritores tradicionales que están incluidos en el canon y la forma en la que fueron elegidos, resalto que actualmente ha ido reduciendo el valor principal de la literatura, al punto que se la ve como una mercancía y algo únicamente comercial, estamos en una época en que “se lee lo que vende más”. Las instituciones educativas proponen que debemos leer y se ha ido relegando a muchas obras que tienen gran valor cultural y tradicional, se toma en cuenta la que tiene más propaganda.

Unknown dijo...

Máximo Gamarra Espinoza
En los escritos abordados por Harold Bloom, enuncia una postura, de lo que para él serían los Pilares de la Literatura Occidental. Basándose en 26 autores, aborda el transcurso de la literatura. Influenciado por Vico y Joyce, inicia su secuencia histórica con Dante y La Divina Comedia, y al parecer algo negligente la elección de los siguientes, después de una serie de argumentos como el trasfondo cultural, contexto histórico, ubicación geográfica, etc.; en mi opinión hace una sublime selección.
Bloom además posiciona a Shakespeare como la piedra de ángulo de la literatura, sobre el cual todas los demás autores tienen algún tipo de relación, en quienes dejó huella, hasta en quienes pretendieron ir en su contra, con el objetivo de ganar algún tipo de fama ambigua. Además, expone una serie de características o mejor llamado requisitos, para otorgar a una obra literaria el apelativo de Canónico, como la originalidad al escribir el uso exquisito de la Extrañeza que nunca se asimila, la contradicción, la técnica de la angustia como base de cualquier obra de excelencia. Y también hace una autocrítica a la literatura actual, y como el concepto “canónico” se ha ido distorsionando, invocando a una reflexión por recuperarlo.

Gabriela Huamani Alvites dijo...

Al hablar de canon, Harold Bloom lo describe como un patrón de vitalidad, una complementación de extrañeza y belleza, y menciona a ciertos escritores que dejaron huella con sus obras y que poseen originalidad y sublimidad, motivos por los cuales Bloom los considera canónicos. Considera a Shakespeare como el más grande escritor,como la figura central del canon occidental. En conclusion el título de canon literario excluye a muchos autores por considerarlos no trascendentales y solo admite a una minoría. Lo que ha generado una cierta rivalidad entre los que desean preservar el canon y los que lo quieren derrocar con el fin de cambiar esa sociedad marginal.

Unknown dijo...

La concepción o idea que alguien tenga sobre lo qué es el canon literario, estará sujeta a diferentes interpretaciones, cuestionamientos y conclusiones, ya que el autor que analiza este tópico fija ciertos parámetros para dar cuenta de cuándo una obra trasciende y rompe ciertos esquemas convencionales.
En el caso de Harold Bloom y su elección de los autores canónicos, que en realidad son veintiséis. La pregunta que se hace Bloom es la siguiente: ¿Qué convierte al autor y las obras en canónicos? La respuesta que da, resulta ser “la extrañeza”. Si bien es cierto la sensación que nos genera al leer las obras que han trascendido en la historia, de alguna u otra forma, nos resulta un poco inexplicable y confusa, es a esto cuando se refiere Bloom con la extrañeza, pero no creo que sea suficiente para tratar de determinar qué es lo que hace a una obra que permanezca en el transcurso de la historia, qué hace que sea leída por diferentes poblaciones y en diferentes contextos socio-culturales.
Otro punto a analizar es la relación existente entre Shakespeare y Bloom, ya que éste último lo considera como el más grande escritor que podremos llegar a conocer. Esta visión del autor sobre el "escritor mayor" resulta subjetiva y al tratar de construir el canon literario occidental tomando como arquetipo a Shakespeare, a mi parecer no resultaría muy consistente.

Anónimo dijo...

Harold Bloom menciona su elección de veintiséis escritores entre los numerosos centenares que forman parte de lo que en tiempos se consideró el canón occidental. De esa manera, el centra las bases del canón occidental en un escritor fundamental : Shakespare. La selección no es tan arbitraria como puede parecer .Los autores han sido elegidos por su ''sublimidad '' y por su ''naturaleza representativa ''. Lo que convierte al autor y las obras en canónicas, resulta ser la extrañeza , una forma de originalidad que o bien puede o no ser asimilada de tal modo que dejamos de verla como extraña.Un signo de originalidad capaz de otorgar el estatus canónico a una obra literaria es esa extrañeza que nunca acabamos de asimilar, o que se convierte en algo tan asumido que permanecemos ciegos a sus características . La extrañeza canónica puede existir sin la conmoción de tal audacia, pero el aroma de la ''originalidad'' debe prevalecer sobre cualquier obra, puesto que la originalidad se vuelve peculiarmente difícil en todo aquello que tiene verdadera importancia. Guerrero Narvaez , Joselly Alexandra

Unknown dijo...

Sobre la determinación del canon

Colinas pardas maceraban una sustancia irreconocible para nuestro grupo de investigación. Fragmentos de piedras y arena con registros fósiles de hace mil años indicaban que la obra aún no se encontraba en restauración total – un montículo agridulce sometía a la penumbra, inmensidad de material histórico. Combinando tanto las estaciones como los años se recuperó de aquella vieja expedición paleográfica el fragmento de un libro que se halló en la meca de una cultura devastada (fue el único que sobrevivió al derrumbe) al levantar la tapa, con sumo cuidado -las hojas podían hacerse polvo en cualquier momento – estaban escritas en un lenguaje muy antiguo del cual apenas teníamos alguna información.
Este libro fue encontrado hace 500 años en Lorraine (provincia de lo que fue alguna vez un país llamado Francia). Indica la cosmovisión de una civilización que tuvo una amplia gama de manifestaciones artísticas. No se logra precisar con exactitud si el autor es real o ficticio, pero se atribuye este libro a Aiciled (quien hasta el momento es considerado padre representativo y total de una obra que ha servido como base para definir los cánones literarios en nuestra cultura) creador de una de las obras más sublimes de nuestra historia “La Hipobestia”

Unknown dijo...

Dentro de esta intelectualidad de arena movediza que nos ofrece estos nuevos tiempos, llámese globalización, existe aún una parcela de tierra compacta que se resiste a humedecerse y ceder. Esta parcela de tierra, que para Bloom es el canon, son las obras de autores que, por poseer características hechas ya bastante explícitas por él como la originalidad y estética, contienen a las demás que le suceden. Subjetivamente, la larga vida de la que gozan estas obras y sus autores se sostiene de dos ejes que, en conjunto, contribuyen a lo no perecedero de esas mismas; estando el primer eje conformado por el autor y la esencia y características de su obra, y el segundo conformado por los lectores que, como plantea Bloom, son jueces últimos debido a que ellos eligen leer o no las obras de esos autores. Mas lo interesante de esto es ver cómo unos de estos ejes tienen influencia en el otro, a saber, el primero en el segundo; y justamente es la respuesta a la pregunta ¿por qué, pese al bombardeo globalizador, este primer eje sigue influyendo sobre el segundo?, la que nos podría hacer entender qué es lo que hace al canon ser el canon.
Por otro lado, aunque sin escapar de círculo, para finalizar este comentario, me detendré en un punto en el que comparto postura con Bloom y es el de sentenciar, explícitamente, que «la estética es, (…), un asusto individual más que social», en completa oposición a la percepción del arte en general bajo el manto de la Escuela del Resentimiento, para la cual la estética del arte tiene un valor netamente funcional dentro de la sociedad, es decir, a la estética de una obra debe, necesariamente, subyacerle una coyuntura social, mas no individual. Como bien dice Bloom:
«La originalidad se convierte en el equivalente literario de términos como empresa individual, confianza en uno mismo y competencia, que no alegran los corazones de feministas, afrocentristas, marxistas, neo historicistas inspirados en Foucault o deconstructivistas; de todos aquellos, en sumas, que he descrito como miembros de la Escuela de Resentimiento ».
Esta percepción de la llamada Escuela del Resentimiento, que es prácticamente una sentencia, se muestra simplemente inconsistente con lo que en realidad subyace a la inmortalidad del canon.

Richard Cuadros Soldevilla dijo...

Quizá uno de los temas polémicos para la literatura y su enseñanza, es determinar por parte de las autoridades en la materia determinados cánones , ello implica una forma sutil y arbitraria de establecer categorías y valoraciones que responden a presentar una forma cultural hegemónica determinada, en este caso el texto de Harold Bloom se ubica en ese esquema , presentándonos en su mayoría a escritores europeos, acaso la producción literaria en América Latina se agota con Borges y Neruda, no existe Arguedas, Vallejo entre otros notables. Sin embargo aun así , seguiríamos siendo arbitrarios al valorar solo la literatura escrita, donde queda la literatura oral cultivada y creada en la mayoría de nuestras comunidades desde épocas prehispánicas , ahí están los relatos orales, mito, costumbres que todavía oímos en muchos lugares de nuestra Lima urbana, tan diversa como el Perú, con múltiples cosmovisiones propias de cada región y con idiosincrasias diferentes, no es lo mismo un relato amazónico que uno de una comunidad campesina de Huancavelica, si ello es complejo para la oralidad literaria en el Perú, lo es en América Latina y a nivel global. Hacer lo contrario implicaría, valorar solo una forma de entender la literatura, que es la que nos han enseñando a rajatabla desde el colegio.
Richard Cuadros Soldevilla

Unknown dijo...

Lorena Miluska Gutiérrez Vilela

Con la palabra canon nos hace referencia a las obras seleccionadas de entre todo el corpus literario, ya sea por su trascendencia o influencia a lo largo de la historia. Bloom realiza una selección de 26 autores canónicos, en la cual, pretende resumir el amplio concepto literario; estos fueron elegidos tanto por su influencia, su sublimidad, su importancia en el ámbito intelectual, pero, sobre todo, por la estética de su palabra (estrictamente escrita)y la extrañeza u originalidad de su obra.
No se puede negar la trascendencia de estas obras en toda la historia de la humanidad, no se puede negar, que fueron las guías de muchos intelectuales posteriores a ellas, quienes, a su vez, aportaron con nuevas obras canónicas al "dar respuesta" a sus influencias, pero, ¿será esa selección la adecuada para el "resumen" de la literatura? En mi opinión, esa idea es equivocada. Principalmente porque se considera solo a la palabra escrita; se deja de lado todas las expresiones culturales manifestadas de manera oral por los diferentes sectores de occidente, en segundo lugar, su tendencia eurocentrista hace que se dejen de lado escritores nacidos en América, donde se posee una rica diversidad cultural. ¿Será correcta la imposición de un reducido grupo de obras consideradas las guías de todo el resto de expresiones literarias? ¿dónde quedantodo el resto de expresiones, tanto orales y escritas, que tambié´n poseen una alto nivel de genialidad? Esto no quiere decir que las obras canónicas impuestas deben ser dejadas de lado, eso sería imposible debido a la influencia y genialidad que poseen; lo que si se debe dejar de lado es la mentalidad cerrada y comenzar a mirar en nuestro propio entorno las diversas expresiones literarias (orales y escritas), que son relegadas por no cumplir con sus "reglas de estética"

Anónimo dijo...

Evidentemente es complicado hablar de un canon puesto que tendríamos que examinar de manera exhaustiva los diversos rasgos que pueden determinar una especie de texto paradigmático. En mi opinión concuerdo relativamente con Bloom. Es de conocimiento público que,de manera inevitable,diversos factores de la sociedad influyan de manera directa o indirecta en la literatura.Esto desde mi perspectiva es ambivalente,ya que ésta influencia podría tener una repercusión negativa en el canon,canon al que el autor atribuye dos características que son extrañeza y belleza. Es menester desdeñar estos dos conceptos y asociarlos a una serie de libros,que están plasmados en el texto. Naturalmente la estética es preponderante por lo tanto es preciso señalar que esta influye de una manera muy particular en el lector,puesto que atribuye algo imprescindible en la literatura que es la belleza. Ahora pues, el criterio de originalidad es necesario porque puede convertir algo ya hermoso,en algo hermoso y único a la vez. ¿Es posible encontrar mejor gloria que esta? Ahora,el autor evalúa muy bien los criterios para otorgarnos una especie de selección de autores y obras. Pero al cuestionarnos si está lista contrasta en el mundo actual en el que vivimos,y preguntarnos por las diversas fuentes de educación a la que jóvenes de esta generación están sometidos, encontramos una especie de sinsabor. Esto es una consecuencia negativa de la sociedad actual, en la que las comunicaciones abordan temas intrascendentes, ridículos y este mundo globalizado no enseña, es más ni siquiera señala que es lo fundamental de un texto literario. Es notable entonces, que la sociedad esta elaborando una serie de acontecimientos que a largo plazo puedan tener un final perjudicial. Cubas Bravo Fiorella

Anónimo dijo...

El rechazo del canon occidental no debe significar la ignorancia del mismo. Porque como declaraba Friedrich Schelling: “¡Qué pocos son los que conocen propiamente un pasado! Sin un presente vigoroso, surgido de un alejamiento de sí mismo, no hay pasado. El hombre que no es capaz de enfrentarse a su pasado, no tiene pasado, o mejor dicho nunca sale de él, vive eternamente dentro de él”. Enfrentarnos con el pasado no supone renegar de él.

Anónimo dijo...

Tendiendo en cuenta que el libro ya es del milenio pasado,pues ya no tiene mucha importancia, recordemos, pues, que la informacion se esta digitalizando y que facilmente podemos encontrar cualquier libro en la internet, la red es vasta e infinita.

DIANA FAICHIN dijo...

Uno de los puntos que Bloom nos presenta en su libro El canon occidental es que al escoger veintiséis escritores que, según su concepción, forman las autoridades de nuestra cultura, estos son los que influyen en los futuros escritores, lo cual según mi punto de vista es inevitable, ya que cuando nosotros deseamos hacer un buen trabajo recurrimos a autores que anteriormente han hechos estudios, planteado una postura, creado métodos lo cual los llevado a alcázar el éxito, de esta misma manera, nosotros lo analizaremos y luego en base a ello formaremos nuestras ideas buscado superarlas, así mismo los escritores posteriores a los que forman el canon occidental siguen sus técnicas lo cual más adelante los llevará a formar parte de ese grupo.
DIANA FAICHIN QUITO

Luis Fernando Diaz Caceres dijo...

El planteamiento de mi primera participación no ha tenido refutación alguna, y seguramente tampoco lo tendrá entre las posteriores intervenciones que se sumarán. Muy a mi pesar siento que lo extraño sería que lo hubiera tenido. Ello no responde a que mis juicios sean invulnerables a la crítica. Todo lo contrario, tienen muchas falencias y puntos que a simple vista son cuestionables por su carencia de solidez. Soy consciente de estos defectos y desearía poder enmendarlos, pero una de las razones que me detiene a hacerlo es las reglas impuestas en cuestión de espacio (aunque lo más probable es que nuevamente llegue a exceder el número de palabras permitidas). El otro motivo que me evita ahondar en una rectificación se debe a que la intención de este nuevo escrito es el de establecer un señalamiento.
La lectura de la mayoría de “opiniones” que se han vertido en este blog me ha conducido a dudar de lo que yo entendía hasta el momento por la palabra “opinión”. El término se me muestra ahora difuso. Puesto que las más de estas no pasan de ser tan sólo meros resúmenes que se pueden realizar tras una rápida lectura (por eso no resulta extraño el uso de ciertas palabras y frases como estribillo o fórmula mágica que abarca a todas en un amplio común denominador). Frente a esta gran mayoría, los lectores perspicaces aún existen, por fortuna, pero en un reducido número.
Anteriormente llegue a señalar que la época en la que vivimos es la del “imperio de lo efímero”; pero ante lo visto me parece más conveniente hablar de la “era del vacío”; y aunque ambas denominaciones parezcan remitir a un mismo concepto, en realidad no es así. No puedo detallar sobre este respecto porque sería alargar aún más este texto, pero recomiendo leer los dos libros de Gilles Lipovetsky que tienen similares títulos.
La vaciedad del individuo contemporáneo es cada vez más notoria y, a pesar del escepticismo de algunos, todo pareciera indicar que se puede llegar a niveles aún peores. La progresiva tendencia de la pérdida del espíritu crítico, es un ejemplo de ello.
Por esta razón, el debate intelectual no puede llegar a consumarse. ¿Cómo es posible imaginar una discusión entre seres complacientes e indiferentes?

Anónimo dijo...

El texto de Blom menciona a 26 escritores canónicos. Para poder llamarlos canónicos explica la razón del por qué de la elección. Estos escritores tienen una característica en particular lo que Bloom señala como extrañés y con eso su originalidad ,lo cual los hace diferentes.
Los escritores con esta característica son a mi parecer influenciados por un escritor anterior a él que cumpla ciertas reglas que los hace diferentes.
Lo que hace difícil el establecimiento del cánon es la llamada -Escuela del Resentimiento- que deviene del multiculturalismo, lo cual es criticado por Bloom.
En conclusión, aquellos escritores considerados dentro del cánon,son aquellos que tienen un valor estético difícil de alcanzar y por ello los hace diferentes.

pilar diaz atauje dijo...

El texto de Blom menciona a 26 escritores canónicos. Para poder llamarlos canónicos explica la razón del por qué de la elección. Estos escritores tienen una característica en particular lo que Bloom señala como extrañés y con eso su originalidad ,lo cual los hace diferentes.
Los escritores con esta característica son a mi parecer influenciados por un escritor anterior a él que cumpla ciertas reglas que los hace diferentes.
Lo que hace difícil el establecimiento del cánon es la llamada -Escuela del Resentimiento- que deviene del multiculturalismo, lo cual es criticado por Bloom.
En conclusión, aquellos escritores considerados dentro del cánon,son aquellos que tienen un valor estético difícil de alcanzar y por ello los hace diferentes.--- gloria del pilar diaz atauje---

Anónimo dijo...

Si bien es cierto que nadie puede dejar de reconocer a Shakespeare como el canon universal, una genealidad, una autoridad en la literatura; Harold Bloom no puede evitar, si es que eso le preocupó, manifestar su "fanatismo" hacia el eterno escritor. Es esto lo que posiciona a su crítica, a entendimiento de una gran mayoría, como un enaltecimiento, en demasía, subjetivista. Afirmar que no existe extrañeza y originalidad, requisitos, para Blom, necesarios para que una obra sea considerada canónica, en las manifestaciones de la "Escuela del Resentimiento" es un acto un tanto egoísta en relación a la producción literaria de dicha escuela. Considero que los parámetros impuestos por Blom deben ser considerados cardinales para la elaboración, en tiempos presentes y futuros, de textos literaios. Reitero, solo deben ser considerados importantes, no imperiosos; ya que cada autor tiene su privativa manera de concebir sublime una lectura. Y solo será el lector quien decidirá distinguir como un escritor substancial a quien, evidentemente en su punto de vista, lo merezca.
Fiorella Espinoza Machaca

Unknown dijo...

Básicamente es imposible tratar de formar un canon universal actualmente, ya que los anteriores fueron formados bajo diferentes contextos y conforme uno va a avanzando en la historia, aparecen más creaciones literarias quizás preguntas como ¿qué es lo que se debe leer? no son las que se deben de responder, sino se debe proseguir fomentando la lectura y así formar un hábito que permita a los lectores discernir entre las diferentes obras que aparecen a lo largo de la historia,en diferentes espacios,expresados en diferentes formas, dado que, a fin de cuentas, todo recae en ellos. El canon debe ser personal, único para cada persona, aunque se reciban recomendaciones de críticos literarios, todo es subjetividad, solo guías para formar nuestro propio canon, no debemos de conformarnos con ciertas obras sino proseguir en la búsqueda de obras que nos alimenten el alma.
Mary Claudia Guevara Huamán

Luis Grande dijo...

El canon literario es la inmortalidad de aquellos autores que logran ser las influencias para otro. Aquellos que son elegidos individualmente y que logran causar en aquellos que pueden sentir la estética literaria un asombro inmenso y a la vez extraño, como también una comodidad irreconocible. En la crítica contra la existencia del canon se aborda que este se basa en procesos históricos, pero uno de los más grandes apoyos del canon de occidente es la enorme originalidad de Shakespeare, quien nos demuestra que para pertenecer al canon, es necesario enfrentarse en una lucha con sus predecesores y influencias literarios más importantes. No debemos seguir las lecturas impuestas por instituciones o personas, que solo buscan la maximización de ingresos y la estandarización del pensamiento con modelos a seguir, sino encontrar el camino literario basado en una estética individual que nazca de un ideal imaginario aislada de puntos económicos, políticos y sociales.
Luis Grande Ramos

Unknown dijo...

— ¿Qué debe intentar leer el individuo que todavía desea leer en este momento de la historia?— dice Bloom, para presentar la interrogante que justifica su libro, que son una serie de autores que el postula, según una serie de criterios, a ser considerados canónicos.
Es un hecho que factores sociales y económicos como la sobrepoblación, globalización, entre otros, generan una crisis en lo que la mayoría llamaría y concibe como el canon literario occidental. Es que estos factores han hecho que de manera desmesurada, en las últimas décadas, las obras literarias no tengan la calidad e importancia de antaño. Tanto que podríamos considerar que la casi toda la producción “literaria” de la actualidad está regida por las bases sentadas del marketing. El valor y belleza estética, que Bloom y yo, personalmente, consideramos como realidad, sean dejados de lado e incluso olvidados.

Pero aún más importante ¿Qué consideramos canónico? Bloom clasifica este término a obras con grandes características como originalidad, sublimidad, naturaleza representativa, etc. También define a este término como “lo que hace que una obra sea inmortal”, que prevalezca en el tiempo y destaque a todas sus contemporáneas.

Bloom propone, objetivamente, que son este tipo de obras “canónicas” las que deberían ser recomendadas en los centros educativos, para obtener mejores profesionales. Aclarando el hecho que las personas leerán lo que quieren, pero que el canon establecido por la sociedad y, tal vez, por las instituciones generan una guía ante la duda del “¿Qué leer?”

Considero bastante temerario y avezado el hecho de querer definir un canon occidental. Sobre todo haciéndolo objetivamente. Bloom no consigue hacerlo, pues sus preferencias son mostradas claramente cuando dice —Shakespeare, el más grande escritor que podremos llegar a conocer—. Esto hace que dudemos de la forma en la que clasifica a estos autores, pero sin dejar de darle cierta consideración por el trabajo hecho, que a mi opinión se puede considerar regularmente adecuado.


YESSENIA ESPINOZA HUAMANI

Anónimo dijo...

Erick Garay Solórzano
La idea del canon es inerte a la concepción social que se da de la literatura, al igual que las diferencias y variantes de aquel. La esteticidad de un canon no es posible a causa de las diferentes concepciones que establecen las sociedades en interacción, entendiéndolo como un producto medio que sigue poseyendo diferencias de las concepciones que se promedian. Ahora, los constantes choques de las opiniones sociales, a causa de la interacción mayor del producto de la cercanía que establece la globalización (la cercanía mundial por las nuevas tecnologías), genera también un choque en la concepción de literatura y en la de sistema literario. Conceptos intersociales, mundiales. Es aquí en lo que las fuerzas de las sociedades se reciten a la generalidad, a perder sus características. Pero la concepción de jerarquía literaria aún debe darse, en esta sociedad global. Esto genera un desequilibrio sumamente mayor. El intento de formación de un canon y la parcialidad de su aceptación seguirán, pero el desequilibrio y la variabilidad se han incrementado considerablemente a causa de esto.