Mi amigo Ismael Saavedra, físico de UNMSM, ha emprendido una cruzada, el diálogo entre las ciencias duras y la letras. Por de pronto ha incluido en sus investigaciones las percepciones míticas sobre la quinua, cuando no el zorrito, a este le debemos que comamos o tomemos quinua. Y ya va el poema.
AT
En las últimas yugadas de la primavera
sembré mi quinua.
En las noches descienden los enjambres de Sagitario
con instrumentos de labranza;
trabajan en la cúspide del tallo
intercalándose a los agricultores de Orión y a los técnicos
de las Pléyades;
construyen represas y acueductos
y abren cavidades para depositar
la combustión
desparramada de la cosmoenergía.
Las raíces presionan
a los líquidos
para que se apuren en el acarreo de los solubles,
las hojas sintetizan las
cadenas biocorpusculares
dándose la mano con las formas que las esperan
en los alveolos donde se originan las flores.
Mi Padresol, permite las deviaciones
levógiras y dextrógiras
de las oxidaciones;
mi Padresol aprovecha de la Luna
para graduar la energías que les remite;
mi Padresol, con su rotación determina el fin
de la inflorescencia y guía a los ovarios en la recepción del
polen
mi Padresol, dona el vestuario para el matrimonio masivo;
mi Padresol, conglomera a los recién nacidos
en la cumbre de la planta
y recibe uno a uno el homenaje de sus hijos.
Con agua, y estregar de manos
decortizo la quinua;
ayer, aún en tallo, la golpeamos con palos;
semanas antes se la arrancó de raíz;
mañana será molida,
¡Perdón, perdón!
Mis leucocitos tienen quinua blanca,
mis hematíes, quinua roja:
los sagrados colores de mi símbolo:
¡cuántos millones de banderitas en mi sangre!
Efraín Miranda, Choza (101-102)
Foto tomada: Región, Agencia de Prensa Ambiental
http://www.inforegion.pe/desarrollo/143540/agricultores-huanuquenos-podran-incrementar-su-produccion-de-cereales/
1 comentario:
fggfvhgvjjsjshfgfgfxudjdfdsfggggchhal,znxvcgcbh hdjdp866e3t7wwetdgd
Publicar un comentario