Uno termina preguntándose que son las soledades ante a la muerte. Y es que la noticia llega como si el terremoto de Haití volviera sobre nuestro cuerpo derrotado. Caído. Conocí a Esther Castañeda Vielakamen (1947-2010). Solía acompañar a los poetas jóvenes y fue la que decididamente, con Rosina Valcárcel, Diana Milosvavich y Dalmacia Ruíz Rozas lanzaron el Encuentro de Poetas San Marquinas. Una lucha de género por hacer la palabra también limpia y sin atropelladura hispánicas como eso de llamarlas poetizas. Como maestra era una docente disciplinada, dedicada, atenta. Investigadora nata (El vanguardismo literario en el Perú, 1989).
La última vez que trabajamos juntos entramos en una aventura que hoy medida a la distancia tuvo sentido. Recuperar la memoria escrita de la poesía de los 1970-2000. Los 30 años de poesía peruana fue una grata manera de hacer y compartir cosas. Ella volvió sobre los fonos y redes, al igual de varios de nosotros. Conseguimos lo que hoy tiene la Universidad de San Marcos, una colección de revista y suelto de la poesía peruana de esas tres décadas. Esta puede revisarse en portal de nuestra universidad: http://sisbib.unmsm.edu.pe/Exposiciones/30_poesia/Default.htm
Como poeta era de tono sencillo, sensible. De fibra:
Con el saco al viento
tu cuerpo oscila como icono envuelto en seda
retiro las cortinas
y me hundo en el desnudo
en el placer del peinarnos bajo las aguas
De ese tejido de palabras son sus poemarios Interiores (1994), Falso huésped (2000), Piel (2001) y Chosica/ Fiebre de familia (2005).
Animó por muchos años la editorial Madgala uno de los focos de producción poética de mujeres, puede revisarse el trabajo que compartió con su inseparable amiga Elizabeth Toguchi: Las muchachas malas de la historia: antología poética por los diez años de Magdala, 1995-2005 (2005) y en San Marcos, inicio, con tesón y innovación el curso de Literatura Escrita por Mujeres. Está pendiente la publicación de sus escritos sobre la poesía femenina del siglo XIX que solo la estupidez y desconocimiento hace imaginarlas como inexistente.
Cómo entonces, no estar triste esta noche que nos llega la noticia. ¿Cómo? Tal vez el mejor homenaje a Esther sea seguir siendo mejores en todo lo que hacemos. Y, repito las palabras que nos llegan por el correo, el de Rosina, el de Róger, "Algo se muere en el alma cuando un amiga se va".
Escrito el 24 de febrero, revisado 28 febrero 2010.
En la fotos:
Los jóvenes investigadores:
Luis Fernando Vidal, Esther Castañeda, Miguel Ángel Rodriguez Rea
Esther Castañeda, Daniel Matews. Carlos García-Bedoya, Marco Martos, Jorge VAlenzuela, Gonzalo Espino (1997).
4 comentarios:
Que lástima lo de Esther. Acabo de enterarme por su post, recuerdo cuando me atendio muy bien en su casa para darme información sobre Carolina Freyres de Jamimes. El mundo de la lieratura debe estar dolida. Ya está arriba. Siempre recordaré cuando me pregunta: "¿eres judío?", a lo que respondí: no; "qué piña". Apesar de su estado no dejó de bromear esa tarde. Shalom para ella.
Querido Gonzalo, es reconfortante tu página de reconocimiento, Esther se lo merecía. Como bien recuerdas: hemos compartido tantos espacios, tareas, sueños, tertulias, revistas como Kachkaniraqmi (junto a la dulce Jacinta), y, "pleitos", porque así es la vida...también está llena de tardes grises. Pero, felizmente los amaneceres primaron, el color bermellón. En Lima estuvimos juntos en la vida y en el adiós, los que apreciamos su vida, obra y misterios. Otros enviaron sus mensajes...Abrazos fraternos y salud!
hermoso link sobre esther!!
Esther Castañeda, poeta que difundió la poesía escrita por mujeres. Siempre la voy a recordar porque en su lecho de enferma seguía vehemente escribiendo e investigando el tema de género. Admirable su perseverancia y su amor por la poesía.
Gracias Gonzalo por recordarla en este blog.
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