Rogelio Gallardo Bocanegra: "[Te estoy observando]" y "Poema II"

Rogelio Gallardo Bocanegra

(Trujillo 1927- 1995)


[Te estoy observando]

Te estoy observando
por entre el hueco de una aguja.

Qué magnitud creada en tu grandeza.
Qué hondas tus pisadas
en el vagar sereno de tus luchas.
Qué simple la belleza en tus contornos.
Carne y hueso dentro de tanta vida.
Eres tú: Hombre Dios. Humano Dios.
Voy hacia ti. Hasta la muerte.
Te encuentro en todo
lo que hay dentro de mí. Feliz ser.

Silencio perpetuo ([1969]1989: 23-24)



Silencio perpetuo, Poema II

Desde este valle sombrío
desde esta angustia sin límites
desde esta terrible noche
escribo sobre mi muerte
con los dedos fosfóricos
profundizando imágenes...
oliéndome a cenizas...
porque ahora
ya no soy fuego vivo
para alumbrar de nuevo
la esperanza
que la veo apagándose
apagándose...
porque ahora
ya no sueño latitudes….
simplemente soy
delgada sombra
caminando sin rumbo
hacia la nada
sacudiéndome de nuevos dolores
en tanto mi corazón
se rueda colmado de dulzura…
Porque ahora
alimentándome estoy
de antiguos sufrimientos
y mis memorias son largas.

Dicen que el olvido sobre la muerte
no deja huellas.
Es cierto. Nada me importará
-entonces- un minuto de silencio
o las lágrimas que dejarán caer
otros llantos ya sin fuerzas
y aún así
persigan mi recuerdo
seguiré siendo traslúcido cadáver
de puro sol amanecido...
porque ahora
soy el único testigo
de mi extraña manera de morir.
Sé de donde vengo. Y callo.
Sé donde me esconderé. Y callo.
Me parezco un suicida sin luz
clavado en otra cruz
lleno de espinas...
porque ahora
estoy sintiendo por dentro
cómo duele el dolor
de mi ácida pobreza
y estas hambres durísimas
mordiéndome
secretamente las entrañas...
porque ahora
ya no tengo caminos para llegar
al otro lado de lo inmenso...
cuántos hermanos
estoy viendo pasar
rumbo a las tabernas
desgarrados mis ojos
y el corazón delatándome
de tal manera
que mi amargura sin fin
ha caído hondo. Hondísimo.
Hoy día he sufrido en cada vértebra
y qué poco he compartido mi tristeza.
Hoy día
más oprimido que nunca
más humano que nunca.
Hoy día
he regresado a mi vieja morada
y he vibrado terriblemente
me he sacudido desde mis raíces
y me he preguntado:
¿por qué llevo esta delgada sombra moribunda...?

Silencio perpetuo (1989: 85-89)