Seis poemas de Clodomiro Magno Guevara Vargas: “Abelardo Gamarra”, “El cajero”, “El adiós del Cholo Goyo”, “Mi kancha”, y, “Recuerdos tei de dejar”


Poemas (2012) es una de los rescates más importantes realizado el 2012 por iniciativa del Municipio de Huamachuco, La Libertad. Invito a buscar información sobre la data poética: necesitamos identificar qué año se iniciaron y/o terminaron de escribir cada uno de los cuadernos, o si se publicó, me refiero a Estampas huamachuquinas, Rayancimbas y Arias Jalkinas. Los dos  autores Galarreta o Bazán no dan indicios sobre el tema. Dicha información resultará interesante para leer los poemarios de Clomaggue en su contexto y cómo, desde la provincia, se fueron gestando otras poéticas, al tiempo de advertir su vigencia. Mientras tanto, para ir cerrando el año, como ha indica do Luis Flores Prado, “Ah! el viejo Clomague, "El Urpo de Candopata", poeta de enjundia, de palabra arisca, cincelada.” (26.12.13, facebook), aquí van seis poemas de Clodomiro Magno Guevara Vargas: “Abelardo Gamarra”, “El cajero”, “El adiós del Cholo Goyo”, “Mi kancha”, y, “Recuerdos tei de dejar”. Abajo apuntes de lectura.

ABELARDO GAMARRA

1.      De Wamachuko el sol cuajó tu vida!
Sus auroras radiaron tus pupilas,
nimbando tu cabeza pensativa
con un raro fulgor de sueños lilas.

5.    Con la nítida albura del "Waylillas"
plasmas tu corazón, y en su atrevida
roca, de azul marina tez, afilas
tu peñola de sátira encendida.

Sangre de amauta en tus arterias late,
10.   la ática chispa y la mordaz sentencia
son tus armas sonoras de combate.

El oro no corrompe tu conciencia!
Heroicamente vives, y en la Historia
te yergues como un símbolo de gloria!



EL CAJERO

1.        Resoplando en el gajo melodioso
de saúco, que su mano ha modelado,
waitanea con ritmo cadencioso
el tambor de pellejo bien templado.

5.      Quien corno él cuando Octubre ha despertado
o Agosto, con sus días de alborozo.
No hay un músico, entonces más mimado
que el cajero montes y bullicioso.

Del gran Santo de Asís en los altares,
10.   ¡es de verle!, chambergo a medio lado,
golpe y golpe a la "caja" en un rincón.

Mientras mozos y mozas populares,
van danzando con mucho desenfado,
embriagados de inkásica emoción.



EL ADIOS DEL CHOLO GOYO

            1.     Hoy la viejita Miquela
con el canto e' las pichushas
ha llegado a Wamachuko desde Kúngush
con la Marga y su kaíshita panza verde
5.     a soltar al cholo Goyo
que otra vez se ha socorrido pa' Cartavio.

Y el buen sol, al apearse de los techos,
las encuentra shunduradas
en las mismas "Cincosesquinas"
10.  con los copos, hebras, hebras,
con los husos, baila y baila,
y el kaishita, tira y tira de las tetas de la Marga.

Los ojos no ha pegao el cholo Goyo.
La noche, redondita lo ha pasao
15.   poto y poto en la vikuña
arrancándose del alma
los shurgomos de amargura que desángranle
al dejar a su viejita
y a su pobre latangosa
                20.   que, "juiciosa" la sacó
de los pies de sus taytitos...

Tañe un claxon...
Y de un hosco tendejón con tufo a concho,
sale el Goyo de bufanda y overol,
25.  hebetado por la chicha y la vigilia, kengueando de lo lindo
y acedando todo el barrio con la voz de su "rondín"...

Y abrazando a las indias dolorosas
que se quedan
con el alma shilposa de congojas –
30.   como tiene shilposo el pollerón –
atrevido el cholo goyo trepa al carro
que, fletado de peones,
bullanguero, arranca y parte
hasta perderse
35.   por la cuesta "Los Esclavos"...

–Pobre Goyo! Se va otra vez dejando
a su vieja, a su Marga y a su wawa,
por romperse los forros de puro hombre
en el "corte" y el "carguío".

40.   –Si el taytito me da vida,
pa' la fiesta estoy de güelta...
Así ha dicho al despedirse
con los ojos aguanosos de dolor.
¡Quién sabe sí su "almita" solamente,
45.   el otro año volverá a juntar sus rastros...!

Mientras tanto ña Miquela,
con su tez de papa añeja,
y la china Margarita
como chaucha acabadita de sacar,
50.  con los copos, hebras y hebras,
con los usos, baila y baila,
y los ojos enclavados en la blanca carretera,
rodar dejan el azogue de su llanto
y enderezan a la jalka,
                55.   al chozón chiqueríl que se las traga
cuando el canto menudea de los pirgush...




MI KANCHA

1.        Kancha, kancha, kancha dulce,
pan inkario, pan silvestre,
recia trama del kushal.

Sinfonía dental de los arrieros,
5.     de los pongos y zagales,
de los chaskis y fayneros.

Kancha, kancha, kancha dulce,
campanada preventiva
de los rústicos yantares.

10.  Tú alborozas el hogar de los sufridos
con tus risas estallantes,
con tus músicas parleras,
con tus brincos alocados
en los tiestos de ollas rotas
15.  bajo el ósculo del fuego lenguaraz.

Kancha, kancha, kancha dulce,
prima hermana
de la coca ensoñadora,
compañera de los ponchos
20.  y bolsikos trajinantes.
Vigorón de los tendones
que se mellan y se gastan removiendo el cascajal.

¡Oh! kanchita serraniega,
dulce cumpa
25.  de mis días de escolar.

Hoy que voy por el mundo
y a pie cruzo
las tebaidas imposibles de la vida,
hoy que llevóte en mis dientes hecha polvo
30.  y hecha tuétano en mis huesos:
yo te evoco y poetizo,
porque son tus rosetones
las pastillas más sabrosas
descubiertas por la Raza
35.  contra el hambre de los pobres.

Kancha, kancha, kancha dulce,
matayunos andinenses,
¡mi kancha!



RECUERDOS TEI DE DEJAR

1.        El Julián, tanto irse al daño,
sin escoger ahijadero,
se la ha empreñao a la Agucha,
a la china chusgonera
5      tes de ciruela madura,
pupilas alas de cuervo
y boca en reventazón
como las ñuñas al fuego.

A la china chusgonera, más gallarda
10.   que una impúber cañawayta,
movediza como flor de cortadera,
fresca como la yerba del alba
y dulce como el rubio corazón de los purpuras...

La china no tiene gusto
15.   al verse de anchas caderas
y con el vientre abombado
como su vaca "jovera".

Y el cholo al sentirse padre,
carga su poncho y su alforja
20.   y valle adentro se avienta...'

"Así sería mi suerte",
se lamenta la Agustina
sintiendo aún la cueriza
que le atizara su tayta
25.   pa' castigar la lisura.

Y ¡ah! congoja de congojas
la noche de sus "dolores",
cuando, clarito le vino
como un moscón al recuerdo,
30.   la voz del cholo Julián,
tal como un día le oyera,
bajo el, sol de los venados,
cantando por la ladera:
"Recuerdos tei de dejar:
35.   boquita para besar, pañales para lavar
rabito para limpiar.. ."


Tomado de Poemas de Clodomiro Magno Guevara Vargas. Huamachuco: Municipalidad Provincial de Sánchez Carrión, 2012. [Clomaggue. Incluye: Estampas huamachuquinas, Rayancimbas y Arias Jalkinas. Colección Personajes Ilustres de nuestra provincia, 2]


Apuntes:
1. Como ya dijimos se trata de una poesía vernácula, es decir, poesía popular, una de las expresiones más importante de la poéticas regionales. En el sentido estricto hay la presencia de un castellano andino, con presencia notable del culle  que hacen sus gestos albergue otros sentidos.

2. En general se advierte un tono eufórico. No triste. Los poemas alcanzan contornos de repositorios de la memoria, en la que una suerte de yo poético –que no quiere ser épico- expresa solidaridades y sentimientos desde un locus privilegiado: la experiencia de quien anduvo por los valles y estuvo vinculado a los incidente políticos de la región, pero a su vez quiere dejar la huella de los que son los huamachucos. Pero  su palabra, bronca a veces, apegada a la palabra que andina, localiza su centro de atención en la vida cotidiana y las contingencias que ocurren en ese mundo. Si el cajero celebra y se convierte en protagonista, en el último poema, tanto “el Julián” como la “Agucha” los junta y separa la lisura y sugiere, que el varón, va tras por parajes del valle en pos de trabajo.

3. En estos poemas, encontramos una actitud cívica. La reposición de los héroes locales y que forman parte de una tradición provinciana. Luego aparecen poemas que tienen características costumbristas, “estampas wamachuquinas” las llama Guevara Vargas.

4. Hay un poema que llama la atención y que muestra los descuidos de la crítica. Desde la historia se habla de los enclaves y uno de sus mecanismo de captura de mano de obra barata, el enganche,  pero no habíamos tenido acceso a las percepciones de los bolsones campesino e indígenas, así el poema “El adiós del cholo Goyo”.




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