La semana que acaba de pasar nos llegó con noticias
desalentadoras. Un presidente que se hace el elogio a la trampa fujimorista,
nombra a un ministro que firmó el acta de sumisión a Fujimori y un cardenal dictadorcillo
que pretende silencia curas de buena hermandad. Pero también
desalentadora porque la muerte nos arrancó a nuestro amigo Carlos García
Miranda, uno de los jóvenes intelectuales que mejor conocía a
Huamán Poma de Ayala. Tristeza también porque nuestro amigo Carlos no recogió
sus pasos –simbólicamente de nuestra casa de estudios-. En ese mismo
contexto, la vida continua, ya a un mes de nuestro II Encuentro Intercultural de Literaturas: Palabras de los
pueblo amerindios. Hoy voy a poner en blanco y negro lo que fue
mi comentario a la mesa del Seminario Viendo pasar las cosas: Usos y
práctica de los escritos en la Republica Aristocrática (1895.1919) organizado por
nuestro Institutos e Investigaciones Humanística (UNMSM) y el
Instituto Riva-Agüero (PUCP), donde participé.
La mesa se tituló "La urbe moderna y la sensibilidad
aristocrática", participaron una Jannet Torres Espinoza de la maestría de
Literatura Peruana y Latinoamericana de San Marcos, los profesores José Chaupis
Torres y Moisés Sánchez Franco, de los departamentos de Historia y Literatura
respectivamente de nuestra Universidad. Los abordajes estuvieron
destinados a advertir la idea del progreso, las percepciones políticas,
algunos aspectos de la cotidianidad y las imágenes del futuro. En caso de
Torres y Sánchez trabajaron con artefactos literarios, aunque de naturaleza
diversa.
Jannet Torres abordó dos relatos de costumbres de Federico Elguera
que se publicó en El barón de Keef.
Su acercamiento advirtió el desdoblamiento (hablar como "extranjero") que le
permite al narrador hablar con cierta libertad en su discurso. Analizo "El
jurado" y "El progreso". En
el segundo, barón de Keef se desencanta porque el carro-restaurant del
tren es burdo y absurdo. La imagen del progreso se contrapone con lo que él
espera, aunque vuelve a uno de los elementos más conservadores como la familia.
Chaupis revisa la revista
Lulú y Rigoletto, dos revistas
de espectáculos en el que constata que las revisa como intermediación entre la
tradición y modernidad, por eso le interesa el lenguaje como rumor o como
provocación cómica, como formato destinado a mujeres. Advierte que hay una
suerte de tedio moderno y que el formato se puede leer como documento político.
Chaupis encuentra que tras ese formato hay una modernización tradicionalista,
aun cuando el objeto sea "reventar de risa" y su llegada se masiva,
por ello "La cultura se convierte en político".
Moisés Sánchez Franco analiza "El
día trágico (Crónica de los días de cometa)" de Clemente Palma <http://books.google.com.pe/books?id=Hdw23RNtA5cC&pg=PA344&lpg=PA344&dq=clemente+palma+El+dia+tragico&source=bl&ots=jACHQYRwkx&sig=JPltf1klgaaFjV-SU0GRhM_Zzm4&hl=es&sa=X&ei=-Bu5T4rjAcGN6QG04rH5Cg&ved=0CE8Q6AEwAw#v=onepage&q&f=false>
explica la excelencia del cuento y como en este relato se utiliza
elementos propio de la prensa y al mismo tiempo lo lee como intertexto de su
tesis sobre el porvenir de las razas. No se trata de un relato exótico, sito
uno de los poquísimos cuentos situados en Lima y curiosamente para hablar de
una catástrofe. En ello observa que hay una estética decadente, en el
que la relación ciencia-cosmopolitismo engloba todo el texto. El
relato sigue la noticia de la llegada de cometa Halley a la tierra y como
producto de esto se va a destruir el mundo.
Estas tres lecturas me sugieren dos preguntas 1) ¿Era
Lima un urbe moderna? 2) ¿Había una sensibilidad moderna en la República
Aristocrática? Todo parece indicar que Lima no era una ciudad moderna. Cómo podía
serlo si estaba pegada a un mundo poblado de creencias religiosas, un extensión
de la mentalidad colonial que se alborotaba con el artefacto. Todo hace ver que
más bien es la relación entre urbe que inevitablemente iba desarrollarse
respecto a lo que quedaba en tales sensibilidad.
Es la sensibilidad aristocrática la prevale en la textualidades
que se analizan. Así Federico Elguera, o el Barón de Keef, como recordó en su
análisis Jannet Torres no será pues moderna, sino anclada en lo tradicional.
El retorno al hogar es lo más tradicional que se puede observar en el
esquema de la modernización. La imagen que presenta el "carro
restaurant" del tren nos recuerda ese cosmopolitismo que se puebla de
exotismo, así se banaliza la representación de lo que ocurre en el tren y las
imágenes que se utilizan precisamente la vuelve no solo una "mala
adaptación" de la modernidad. En el mismo sentido, aparece el discurso de
las revistas de espectáculo y humor destinada a las mujeres que más bien
retrata una imagen moderada. En caso de Palma, el relato será más devastador,
ni siquiera los peruanos, mejor limeños, son capaces de sobrevivir, lo que
sobreviven, será la pareja de extranjero (Oliverio y Gladys).
Lima no es imaginada como ciudad moderna. Es imaginada todavía
como una casa hacienda. Si llegan desde fines del siglo XIX los artefactos
modernos, esto solo son eso, artefactos que alborotan la pequeña aldea limeña,
pero sobre todo esa están vinculadas al desarrollo de los enclaves en
el Perú. No se crea una sensibilidad moderna, persiste la sensibilidad
colonial. Y eso es lo que observamos en los textos que recogen en esta mesa.
El segundo asunto tiene que ver con la vigencia de la prensa y el
cuento moderno. En efecto, los tirajes de los periódicos -la internet de la
época- se incrementa y aparecen diversos periódicos y revistas. Era la forma de
enterarse y estar al día. Ello entonces nos ubica necesariamente en una
pregunta sobre la culturas orales. No hay censo que nos permita tener una
claridad meridiana, en general el analfabetismo en lo que va del periodo
(1895-1919) fluctuó entre los 66 y 52 a nivel nacional y la inversión en
educación será mínima, aunque formalmente y por ley se establece la educación
para los menores de edad. La inversión limeña en asuntos de escolaridad ciertamente
se había incrementado, pero la estadística es baja de 9% a 18% . ¿Cómo explicar
el éxito de los impresos? Hay un mecanismo que la explica, en primer lugar la
novedad que atrapa la prensa y que debe vincularse al rumor y a la lectura
oral. La lectura no era lectura silenciosa, el aprendizaje de la lectura
silenciosa fue una técnica impulsada a fines del siglo XIX y recién los años 18
del XX empezarían generalizar. Había un tránsito de voz-letra a letra-(voz
silencio). Esto sería que permitió, incluido los sectores populares, su amplia
aceptación.
Entre la emergente modernización, el relato costumbrista
tiene su realización porque se convierte en crónica inserta en la prensa y
el cuento en tanto objeto moderno incluye también el sentido de la
crónica. Pero las visiones del progreso no aparecen como ejes movilizadores,
es todavía una curiosidad. Corresponden todavía a
una preocupación elitista de los que vivían en Lima y que así mismo
se percibía, como ahora todavía, como el Perú.
Los textos elegidos son ficciones pero a la par dan cuenta del
archivo, el archivo en tanto documento hablan también de la perversa manera
como se pensaban la elites del país: exclusiones continuas, descalificaciones
racista, como modernizaciones que resultaban exótica y al mismo tiempo
útil (pienso en el automóvil de Elguera o la máquina de escribir que está
inventando Oliverio en el cuento de Clemente Palma).
Una jornada que da para discutir. Una sensibilidad aristocrática
porque precisamente no podían imaginar al Perú en su diversidad y sus
conflictos, lo imaginaba como la soledad gris de la ciudad que era el Perú y
que no alcanzo a desarrollarse ni como proyecto decimonónico.
1 comentario:
Querido wayki:
Saludo enfaticamente este conversatorio. Ya era tiempo de desencializar la "modernidad" en el Peru, cuyo subtexto no tan escondido es el raciscmo y la exclusion. Creo, por eso mismo que la estetica de la modernidad, y su herededara, la posmodernbidad periferfica, es la huachaferia. Y que el verdadero horizonte utopico en el Peru es el la "nodernidad esencialista. Tiempo tambien de desencializar la fantasia de si la modernidad en el Peru es parte de occidente.
Abrazo
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