Como ustedes deben saber... CELEHIS en Mar del Plata, la Jornada José María Arguedas a cien años de su nacimiento en Buenos Aires. Crónica de viaje

 Los edificios se suceden uno a uno y no hay cuando terminen, luego en Mar del Plata, entre lluvia y vientos que invaden nuestra llegada. Desde el piso de 18 miro el mar y la luna, la Estrella de Sur, las estrellas y otra vez la lluvia y los vientos fuertes hacen ruido e intento nuevamente mirar el Atlántico. Tengo que ir a nadar, por estos días el sol no llega temprano a las playas de Mar del Plata.
Ya nomás retorno, otra vez al hotel 13 de julio (debe ser una fecha importante). Los dependientes nos tratan con suma amabilidad. Nos encontramos con Dorian Espezúa, luego llega Gonzalo Cornejo. Esta vez nos jala el Perú, nos juntamos. Estamos atentos. El congreso IV Congreso Internacional CELEHIS de Literatura (del 7 al 9 de noviembre) va a iniciar.  ¿Con qué palabras podemos empezar la conversa? Algunos rostros me son conocidos: Elena Altuna, Guillermo Guerrieri, Susana Zanetti, Silvia Graziano, Claudia Rodríguez, Luis Ángel del Castillo. Aymará del Llano nos ha saludado efusiva, con todo el trabajo que tiene. Conversa con nosotros. Y ya nos presenta. Empieza. Dorian ha decidido comentar su ponencia: “El proyecto arguediano de construir una lengua nacional”. Inicia con estas palabras, “Como ustedes saben… en Argentina hay 43 lenguas indígenas, en el Perú 67 lenguas”. Lo decimos,  lo discutimos desde el discurso andino. Yo hice mi parte, indio moche como soy, leo mi texto y de verdad espero leer las 5000 palabras elegidas según las indicaciones del Congreso: “La poesía de José María Arguedas”. Luego vino la conferencia de Víctor Bravo. San Marcos llega como voz que propone una agenda de discusión sobre la literatura latinoamericana.


Y Argentina es multicultural, Arguedas está vigente

A elegir mesas para escuchar, intercambiar opiniones, correos. Me es difícil decidir. Por lo pronto tengo algunas preferencias: el Siglo Oro; pero me ganan las mesas de literatura brasileña. Están los mapuches y los peruanistas. Escuchamos dos conferencias de jóvenes investigadores: una sobre Gregorio Martínez y la otra sobre Nicomedes de Santa Cruz a cargo de Alejandra Huespe (Tucumán) y Natalia Storino (UNC). Pero voy a escuchar a Altuna, una magistral conferencia, habla con la lucidez de siempre, precisa y divinamente encantadora. Trabajó la novela Claridad tan obscura (2011) de Carlos Herrera, con esa erudición de maestra, nos llevó a la memoria histórica de Antonio Ruíz de Montoya, ese jesuita que se opuso a la captura de los indios. Ya el medio día siguiente: Pablo Montoya, ese narrador colombiano que viene a configurar la otra manera de vivir América, desde la extraterritorialidad. Lo interpela la maestra Susana Zanetti y la conversación fluye. Nos encontramos con el narrador, sencillo, lucido y de charla amena. Noé Jitrik ha llegado y da su conferencia, breve pero contundente, su presentadora cautiva y Jitrik sin aspiraciones de profeta habla del Facundo.
Amables, todos, amables. Ya es el último día, ahora las mesas son de los mapuches, claro las que me interesan. Y no las podemos perder. La doctora Claudia Rodríguez trabaja “La poesía guaraní como locus: Susy Delgado, Brígido Bogado y Mario Rubén Álvarez”. Nos recuerda las barreras de la lengua y la existencia de otra lengua: de uso cotidiano, en la que escriben los poetas, nos lleva por la compleja sencillez de la poesía guaraní. Es una suerte mapa que trabaja la poesía indígena del Sur, pero más: ha traído un voz que tiene resonancias en estos lados: "ñe'eporá" (palabra-alma). Seguimos las mesas. Intermitencias. Propuesta, lo único que queda es la agenda Latinoamericana de literatura. Se nos acercan unos jóvenes y colegas profesores de otras universidades.
Con lluvia o sin ella, vamos la feria del libro y al festival del cine. Yo comento a mis amigos, estoy frente al mar y aún no he comido pescado o mariscos. Esa noche, estamos en un bar céntrico. Cerveza, sidra, vino encontramos comida suficiente. Ahora si me despacho con una merluza, ese pececillo que era plato barato en el Perú y que ahora sólo se exporta.
Ya es jueves, dentro de un par de horas saldremos a Buenos Aires. Bajo, son las 6 a.m. No hay gente. Me he puesto mi ropa de baño, bajo con la intención de bañarme, el sol se ha escapado. Me meto al mar, no nado. No veo gente. Un pareja se acerca están abrigados, me llega un intenso el frío. Corro como loco, celebro mi encuentro con el Atlántico. Y saludo al mar, y le doy gracias por recibirme.
 
A buenos aires, ¿Dónde están los apus?

Al terminal de buses no han llegado dos compañeras de Chile. Se han quedado. Gonzalo y su esposa, Patricia, ya están en el bus; Dorian sube; yo, con cierta inquietud me detengo a ver si llegan. Nada. El bus parte. Mar del Plata empieza a quedar atrás, miro el horizonte y solo veo verde, más verdes, ganado vacuno y caballos se divisan por la ventana del bus. Lluvia de por medio, me pregunto porque es tan plano –así lo veo como los viejos viajeros- y entonces, donde están los cerros, donde están los apus, ¿dónde? Por estas tierras no ha pasado Tunhupa. En Buenos Aires, nos aguarda Enrique Foffani, entrañable amigo de Katatay, la revista de la Red de Estudios Latinoamericanos y uno de los mayores estudiosos de la literatura nuestra América.
El viernes doy mi conferencia. Nos busca en el hotel. Buenos Aires aparece por todos lados como una ciudad cosmopolita. Claro estamos en un barrio tranquilo, en La Recoleta. La realidad se nos aparece en la noche, grupo de mendicantes que duerme en la avenida. Reviso mis últimas notas. La Jornada José María Arguedas a cien años de su nacimiento  organizado por la Cátedra de Literatura Hispanomaericana en el Instituto Superior del Profesorado J V. González (viernes 11 de noviembre), se ha programa para las 15.30. Yo tengo la conferencia de clausura. Como siempre hablaré de poesía.
Las presentaciones tienen una característica. Rigor académico. Susana Zanetti habla sobre las implicancias y las resonancias del zumbayllu en Los ríos profundos. Enrique Foffani, hace una lectura desde las controversias de la modernidad de los textos arguedianos, y lo vincula a escenarios mayores. Silvia Graziano presenta avances de su investigación, reconstruye el itinerario de Arguedas en Buenos Aires, lo relaciona a los núcleos intelectuales de Tucumán y Cuzco. Lafforguet hace un testimonio sobre la internacionalización de la obra Arguedas a partir de Losada.
"Más que recordar a Arguedas en el centenario de su nacimiento, en nuestro lugar, descubrimos a Arguedas. Descubrimos en un gran hombre a un pequeño mundo, y en un gran mundo a un pequeño hombre que supo entender la miseria de ese gran mundo, y no pudo resistirlo", así habla Rocío Pineda, hace la presentación de la perfomance de Saltimbanki Percusión. Sigue: "Creemos en que estamos despertando a una nueva realidad, que Latinoamérica está mirando al mundo a partir de mirar por fin su propio rostro." Ponen en esena El sueño del pongo. Son los estudiantes de Buenos Aires, Arguedas llega al corazón.
Volvemos, luego de un descanso a la programa. Dos jóvenes que pertenecen a los últimos años, presentan sus ponencias. Sus textos son impecables. La joven habla de El sueño del pongo y el joven, sobre la música y Los ríos profundos. Hay cierta magia que atrae a los jóvenes, se quedan hasta el final.
Me toca hablar de Arguedas. Leo algunos textos quechuas, propongo la dimensión latinoamericana de la poesía de José María Arguedas. Reclamo, primero la legibilidad de leer a Arguedas en quechua, pero al mismo tiempo, indico que no podemos seguir leyendo la poesía latinoamericana si no lo hacemos desde la voz, por lo que reclamos la voz y la letra, la voz ahora también en la letra como como conquista y representación de la presencia indigena contemporánea.
Ha concluido el evento y vamos a un restaurant tradicional. Luego caminamos y ya tarde conversamos con Enrique sobre la lengua materna y la lengua nodriza en Arguedas, y sobre el español de José María.

 
Estancia de gratitudes

Aymará del Llano sin duda habrá terminado contenta. No hubo oportunidad para despedirnos. Y es que nosotros salimos temprano. Conocimos a nuevos amigos y amigas, colegas que vienen trabajando tópicos y preocupaciones similares. Enrique Foffani, hombre culto, en exceso amable. Nos acoge en su departamento. Desde allí nos movemos. Es la noche de los museos. Dos de nuestros estudiantes, Julio Sánchez y  Luis Ángel del Castillo, sanmarquinos  que están haciendo su posgrado en la UBA, nos acompañan, nos invitan a pasar un buen rato. Y fuimos, entonces, a Puerto Madero y al teatro Anfitrión. Andamos por las librerías, tengo que encontrar algo sobre fotografía para Dalia, para Nati tengo un libro sobre arte colonial; no me preocupa. Faltan los detalles para la jefa de mi tribu. Al otro lado me espera una sonrisa. Y bueno, ahora ya desde Ezeiza, esperando el retorno. Gracias amigos, por acogernos y por permitirnos conversar con ustedes. ¡Bien por América Latina, que se hace voz en toda esta diversidad!


En las fotos: (1) Conferencia Inaugural, Aymará del Llano, Gonzalo Espino, Dorian Espezúa y Víctor Bravo. (2) Gonzalo, Susana Zanetti, Silvia Graciano y Dorian Espezúa. (3) Cartel de divulgación de la Jornada en Buenos Aires. (4) Conferencia de Clausura en  la Jornada, con Silvia Graciano (modera la mesa).

3 comentarios:

HERMES dijo...

Bueno... me habria gustado escuchar tu discurso mi amigo, pero estoy seguro que fue muy bueno....tratar del trabajo de Dn JM Arguedas....debe ser fantastico...

Felicidades a ti ... un abrazo

Guillermo Guerrieri dijo...

Gracias, querido Gonzalo, por regalarnos tu presencia y el rigor comprometido de tus reflexiones:la savia poética que nos hermana.

Monica dijo...

estoy en un hotel en buenos aires y me gustaria poder asistir a esa jornada en mardel, espero poder ir