La realización del Primer Encuentro Intercultural de Poesía Indígena del Cono Sur Mapuche y Quechua (Osorno, Chile, del 17 al 19 de noviembre 2010) se constituye en el primer esfuerzo por tender lazos efectivos entre las dos culturas que hace rato estaban buscando comunicarse. Fue una celebración de la palabra, un encuentro con la comunidad y una vuelta por la Academia.
Cualquier acercamiento a la poesía chilena contemporánea tendría que estar definida por la presencia de dos sistemas, el canónico y el que desde los años ochenta fue imponiendo el pueblo mapuche. Una escritura poética que resquebra las fronteras impuestas, que la ha invadido pese a todos los artilugios y ejercicios de silenciamiento a la que ha sido sometida la poesía de los hermanos y hermanas mapuches o al progresivo exotismo con que alguna crítica literaria la exhibe como parte del modelo multiculturalista del capital mundial.
Foto: Roxana Miranda, Javier Milanca y Graciela Huinao.
Por el lado quechua dimos cuenta de la presencia, en los últimos 20 años, de la continua y extaordinaria producción poética y cómo esta aún no alcanza a ser un programa que invada la fortaleza de cristal del agónico canon peruano. Fue representada por las voces de Ugo Carrillo y Dante González en sus vertientes pokra chanca y huaylas, la cuzqueña, Odi Gonzales, no logró llegar por impedimentos burocráticos. Fue la presentación de una poesía quechuamoderna que no renuncia a los fueros de la tradición.
El proyecto fue imaginado y realizado por el equipo de profesores del Colegio Artístico Santa Cecilia de Osorno bajo la dirección de Isaac Sanzana, estudioso de la poesía latinoamericana contemporánea, en especial, la quechua. Corresponde decir alguna palabra sobre el colegio Santa Cecilia. Es uno de los colegios artísticos más destacados de Chile, realiza anualmente el Seminario Música Latinoamericana, este año tuvo lugar su VIII versión. El formato corresponde a un centro educativo que forma humanísticamente con una intensa sensibilidad para las artes y una fuerte –pero inspiradora- vocación cristiana. Los/as profesores/as y sus alumnos/as no les falta entusiasmo y compromiso con el colegio, por eso han convertido al Colegio en un espacio acogedor y alentador de vocaciones.
Vuelvo sobre el Encuentro de Poesía Indígena. El esquema del evento tuvo tres instancias: la primera vinculada a los escolares, los poetas invitados leían sus poemas, conversaban sobre sus producciones y se realizaron talleres de poesía dirigidos por cada uno de los poetas participantes. La segunda, fueron los recitales ofrecidos a la comunidad, dos en Osorno, que tuvieron lugar en Centro Cultural de la comuna y en el Avand Card y uno en Valdivia (en la Casa Museo). La tercera tuvo que ver con presentaciones en el fuero académico: en la Universidad de Los Lagos y la Universidad Austral de Chile. Fue un encuentro de intenso, pero productivo trabajo.
En la poesía mapuche se respira el hueso duro de la vida, las insospechables formas de la vida cotidiana y su declarada convicción de ser una poesía que sirve para el alegato, para la lucha. En ellos la palabra se vuelve mágica, intensa y expresa vida. Los poetas se saben así mismo como una representación necesaria de su cultura. La escriben y la dicen en su lengua o desde su cultura en la lengua de transacción, el castellano.
Son poetas que no necesitan del centro. Con ellos nos hemos encontrado en estos días, con Bernardo Colipán, Juan Paulo Huirimilla, Lorenzo Aillapán Cayuleo, Leonel Lienlaf, Roxana Miranda Rupailaf, Graciela Huinao y Javier Milanca. En ellos la cultura mapuche se siente en cada tono, articulación y sentido de la palabra. Vida. Es la palabra que siendo sagrada, se vuelve profana. No se desapegan de la memoria y el mundo actual está se presenta como el punto de articulación al que apela el hablante de esta poesía -igual, su tránsito y estancia por la ciudad y su cultura.
La poesía mapuche tiene vehemencia del ritual: lo encontramos en todos, pero de manera especial en poetas como Leonel Lienlaf, Juan Paulo Huirimilla y Lorenzo Aillapán, ello hacen de su palabra un ritual, tienen de autorepresentación y de reclamo, pero desde la instancia de una innegable pertecencia al mundo mapuche. En el mismo sentido, otros poetas alcanzan una poesía que bien puede leerse desde el puente imaginario que han contruido con el sistema canónico, han torcido el cuello del cisne de la poesía de la ciudad, pero se revelan mapuches (Javier Milanca, Roxana Miranda). Otros alcanzan tonos casi epigramáticos, ritualizan las historias personales, donde la memoria es pertenencia y actuación en otros espacios (Graciela Huinao, Bernardo Colipán).
El evento fue, de otro lado, posible porque existe en el país del Sur una tradición de fondos concursables para eventos y para la creación poética. Lección que el Perú debiera acoger para promocionar la cultura, en especial andina y amazónica.
Estas, mis primeras notas. En fin, un encuentro que nos dio la oportunidad de conocer ese universo que compartimos desde los sueños, el de los mapuche, y al mismo tiempo, una invitación a tejer redes que permitan una comunicación directa y oportuna entre la produción quechua y mapuche, y en nuestro, caso, la necesidad de estudiar qué ocurre con la poesía mapuche.
Escrito en Osorno, Chile.
Gonzalo Espino
Colegio Artístico Santa Cecilia:
http://colegioartisticosantacecilia.blogspot.com/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario