"Caza" y "Humanidad", dos poemas de Gonzalo Espino


Caza

Saltamonte, no tuve quien me diera mi flecha
maquisapa, ni arco. Una mañana, cuando pequeño
el viejo cazador de la montaña, mi abuelo,
me hizo mi pequeño arco, mi pequeña flecha,
desde ese día, me sentaba a la orilla de las travesías
a escuchar las bullidas aventuras de inciertos cazadores,
yo les pedía cómo atrapar un sueño.Un día mi abuelo,
el señor de la rama ardiente,
del ojo de la mosca me recordó lo poco que podía hacer
para cazar. Lo único que se aprende es a disparar
los sueños cada uno, solo, cada uno, solo
sabe cómo hacerlo, algunos no lo logran.
A otros lo alcanza y así fui cazando presas para mis mujeres
para mi gente o las ceremonias perdido entre los ramajes
liosos, imitando a mis presas como cuando te capturé
en el río y ahora que me falla el pulso no comeré
haré dieta, aunque tú, me sueles
traer el trago que con tus manos preparas.


Humanidad


Dasibi huni inun betsa betsapa[1]

Desde esta mitad miro a mi otra mitad
la otra mitad me mira, oleamos al interior del poblado
no es exactamente la clasificación de las presas que podemos
cazar ni tampoco las chacras que podemos labrar.
Soy el otro en el mismo, el que mira hacia el otro lado del río
o el que distingue, al que viene de abajo y define al que sube
soy de esta mitad, pertenezco a esa otra mitad
más abajo están los otros que no son de mi mitad
ni de mi lado, son los otros que rodean
mi maloca, mi tribu, mi famila
aquellos que tienen hacha y fusil, que ya no distinguen.
Somos nosotros los iguales, los otros diferentes
los que estamos alrededor del triángulo
de la vida. Los que somos, la gente.

[1] Se traduce como “todos nosotros y todos los demás que son diferentes”,
en Pensar el otro entre los Huni Huin de la Amazonía Peruana, de Patrick Deshayes y Barabara Keifenheim (Lima, IFEA-CAAAP,2003), p. 201
Foto Gonzalo Espino: Ari-zona (Selva Central)
(c)Gonzalo Espino, noviembre 2009

1 comentario:

Unknown dijo...
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