Gabriel García Márquez Cien años de soledad (Caza de citas 12)


Gabriel García Márquez
Cien años de soledad
(fragmento)
Cuando Aureliano lo conoció tenía dos cajones llenos de aquellas páginas abigarradas que de algún modo hacían pensar en los pergaminos de Melquíades, y desde entonces hasta cuando se fue había llenado un tercero, así que era razonable pensar que no había hecho nada más durante su permanencia en Macondo. Las únicas personas con quienes se relacionó fueron los cuatro amigos, a quienes les cambió por libros los trompos y las cometas, y los puso a leer a Séneca y a Ovidio cuando todavía estaban en la escuela primaria. Trataba a los clásicos con una familiaridad casera, como si todos hubieran sido en alguna época sus compañeros de cuarto, y sabia muchas cosas que simplemente no se debían saber, como que San Agustín usaba debajo del hábito un jubón de lana que no se quitó en catorce años, y que Arnaldo de Vilanova, el nigromante, se volvió impotente desde niño por una mordedura de alacrán. Su fervor por la palabra escrita era una urdimbre de respeto solemne e irreverencia comadrera. Ni sus propios manuscritos estaban a salvo de esa dualidad. Habiendo aprendido el catalán para traducirlos, Alfonso se metió un rollo de páginas en los bolsillos, que siempre tenía llenos de recortes de periódicos y manuales de oficios raros, y una noche los perdió en la casa de las muchachitas que se acostaban por hambre. Cuando el abuelo sabio se enteró, en vez de hacerle el escándalo temido comentó muerto de risa que aquel era el destino natural de la literatura. En cambio, no hubo poder humano capaz de persuadirlo de que no se llevara los tres cajones cuando regresó a su aldea natal, y se soltó en improperios cartagineses contra los inspectores del ferrocarril que trataban de mandarlos como carga, hasta que consiguió quedarse con ellos en el vagón de pasajeros. «El mundo habrá acabado de joderse -dijo entonces- el día en que los hombres viajen en primera clase y la literatura en el vagón de carga.» Eso fue lo último que se le oyó decir.
Tomado:
Gabriel García Márquez, Cien años de soledad. Ed. conmemorativa. Asociación de Academias de la Lengua Española, 2007.
Lectura recomendada:
Pedro Luis Barcía, "Cien años de soldad en la novela hispanoamerica" en Cien años de soledad. ed. comemorativa; pp. 477-494.

22 comentarios:

Anónimo dijo...

Está de más decir que la novela es extraordinaria, no sólo por la trama que nos presenta sino tambien por su variedad de personajes poseedores de caracteristicas propias que los hacen únicos. Y uno de ellos es la pequeña Remedios, una niñita que para muchos podría pasar desapersivida debido a su temprana muerte, mas su corta presencia en la novela me es sufuciente para denotar la asombrosa amalgama de caracteres que García Márquez introduce en ella, Remedios para su corta edad asume responsabilidades que mucha de la gente adulta (en el texto) no podría e incluso las ejecuta con eficiencia; todo esto sin duda es una muestra de la fantasía que el escritor hace patente a lo largo de toda la novela.

henry javier canales salas
07030159
henry_lp@hotmail.com

Camino a casa dijo...

Es la crónica completa de Macondo confundida con la historia de la familia Buendía que fundó el pueblo. El patriarca, José Arcadio Buendía, marca la dinastía con el sello de la desmesura imaginativa y el delirio inventivo. Cien años de soledad,es una novela que enseña a ver el lado más humano de las personas, así como los defectos e inquietudes de los personajes. Veo la muerte de los personajes y su soledad como un castigo por el simple hecho de ser quienes son.

Amoretti
código: 07030279

Anónimo dijo...

En este fragmento se habla de Alfonso uno de los cuatro amigos de Aureliano. Además hay una reflexión importante repecto al hombre y la literatura no se puede separar van de la vano, entendida esta litertua cómo expresión ya sea oral o escrita.
El hombre y la palabra.

Ya hablando sobre la novela, debo decir que es una extraordinaria novela porque Gabriel García Máquez, hace de Macondo un mundo posible que sin duda atrapa a cada lector. Después de leer Cien años de soledad no podemos olvidar lo que significa Macondo, ni a sus personajes incapacitados para amar, (en su mayoría), ni las relaciones que se dan.

Iván Alvarez Arredondo
07030231
zetavan_wave@hotmail.com

Anónimo dijo...

Cien años de soledad es una de las más exquisitas obras de García Marquez la cual nos sitúa en una maravillosa esfera de momentos inverosímiles dentro de Macondo, como por ejemplo que las alfombras vuelen, que lluevan flores o que el tiempo transcurra de manera cíclica. Todos estos hechos hace de la novela, una trama que envuelve al lector y lo sumerge en una laguna de fantasías.
La gran mayoría de libros de Gabriel García se entretejen y asi lo dice él sobre esta novela, "Cien años de soledad es la base del rompecabezas cuyas piezas he venido dando en las novelas precedentes. Aquí están dadas casi todas las claves. Se conoce el origen y el fin de los personajes y la historia completa, sin vacíos, de Macondo".

Gabriela Alvarez Cisneros
gabelyta_9@hotmail.com

Anónimo dijo...

Si tendríamos que rescatar algo del presente fragmento, eso sería el acercamiento que tiene Alfonso con la noción de lo que es literatura. Notamos que Grabiel García Márquez pone en el accionar de su personaje el afán que también el posee por las formas escritas de expresión, por la curiosidad, por la avidez con que se va dedicando uno a crear sus propias formas de expresión. Por ejemplo, cuando Alfonso "los puso a leer a Séneca y a Ovidio cuando todavía estaban en la escuela primaria", él mismo se da cuenta que sus compañeros, al tener esa clase de influencias en su proceso cognoscitivo, podrán llegar a tener una conciencia clara y verdadera del papel fundamental que tiene la literatura en las actividades humanas, como la política, la social, la económica, etc. Esta familiaridad que muestra al hablar de los grandes pensadores denota una superioridad intelectual que simembargo no diezma su actitud generosa al brindar cultura a los demás. Así vemos que su reflexión a modo de crítica, cuando está por partir el tren, es un llamado de atención al poco afán por el crecimiento intelectual que se muestra con más claridad en nuestras sociedades latinoamericanas, en los llamados "países en vías de desarrollo". Ea, buen primero.

Álvaro Rodrigo Bendrell de Bracamonte
07030068

Anónimo dijo...

cristian arizaca paca
c_arizaca_p@hotmail.com
07030239
Cien años de soledad,para enpezar es una obra fantástica de Grabriel García Márquez.
El relato de esta gran novela adopta una apariencia virtualmente lineal, apenas hay una moderada retrospección en las primeras cien páginas cuyo eje es el momento en que "años después, el coronel Aureliano Buendía enfrenta el pelotón de fusilamiento", escena que débilmente despista al lector porque el coronel no muere en esa ocasión. Pero en realidad el tiempo de la novela no es sucesivo o cronológico, sino cerrado. El presente, el pasado y el futuro pueden ser narrados en un tiempo a cualquiera por el narrador. Por eso, el tiempo en Cien años de soledad es circular. La novela tiene una declaración que se desarrolla y explica de manera lógica, que ninguna otra explicación puede ser posible. La manipulación del tiempo y creación de un sistema total no permite la medida del tiempo en una concepción lineal, lo cual hace que la creación de esta novela sea genial.

Anónimo dijo...

La presencia del sabio catalàn, de la libreria y de los pocos amigos que logro hacer Aureliano en sus primeras salidas tras un largo encierro en su casa,sus primeras experiencias son las que nos va a relatar el autor. En este caso describe las actividades que realizan, su fervor por los escritos y su andanza juveniles.
Esta es precisamente la biblioteca donde Melquiades le habia dicho encontraria el libro que le ayudaria a descifrar los manuscritos,aqui empezaria Aureliano su andar por Macondo,conociendo un mundo del cual tenia razones,muy acertadas,por los pergaminos de Melquiades.
Javier Aco Trucíos
07030102

Anónimo dijo...

En este fragmento Gabriel García Márquez, utiliza la ironía cuando considera algo que para él tiene relevancia, pero que para otros no constituye ni la más mínima consideración. A lo largo de Cien años de soledad , este escritor utiliza la "exageración", que es una técnica que universaliza a un personaje o a un tema. Así pues cuando se refiere a que " aquel es el destino de la literatura", mirar hacia el futuro es mirar hacia el fin, ya sea individual como la muerte, o universal como el apocalipsis. Esto se evidencia a lo largo de esta obra, como las fases por las cuales atravesará Macondo, que en principio muestra la felicidad de los primeros tiempos, seguido de la llegada de la compañia bananera y la falsa prosperidad que representa para este pueblo, y por último la matanza de los ciudadanos y el anuncio de la destrucción del pueblo.
Jhon Jairo Canturin Narrea
yon_xairo@hotmail.com
07030140

Anónimo dijo...

En este pequeño fragmento se habla de las características que poseía Alfonso en cuanto a su personalidad, las cuales (como en la mayoría de los personajes) son únicas: la afición que tenía por la palabra escrita, al punto de cambiar todas sus cosas por libros. Existe una relación entre la literatura y él. Gabriel García Márquez utiliza en este fragmento, al igual que en toda la obra, la exageración.
Nos relata también el momento en que Alfonso parte de Macondo llevando consigo a su aldea natal los tres cajones llenos de libros que poseía; y la actitud que tomó ante el intento de los inspectores de mandar sus cajones al vagón de carga.
En cuanto a la novela en sí, diré que es un texto muy atrayente y mágico que posee una trama que invita al lector a leerla de principio a fin.

Collazos Correa, Giuseppe Víctor
giuse_leo_06@hotmail.com
07030143

Anónimo dijo...

No hace falta seleccionar una parte ya sea al inicio,medio o final de Cien años de soledad para encontrar los diferentes aspectos y elementos que en ella confluyen,gracias al genio creador de García Márquez que las dispersa a lo largo de esta fabulosa y mítica obra. Y ese genio creador que posee ha hecho que en la mente de cada uno de nosotros los lectores emerja Macondo que quiere ser sin duda un espejo de la realidad de cuanto ocurre no solamente en Colombia, sino en toda Sudamérica, que ha vivido en su soledad, aislada del resto del mundo, con el que sólo ha mantenido esporádicos contactos (los gitanos de Melquíades, que la conquistan a base de maravillas perfectamente comparables con los abalorios y chucherías de que siempre se sirvieron misioneros y conquistadores), pero todo esto tendría escaso valor si no contara con su extraordinaria fabulación, con toda esa magia que se confunde de continuo con la realidad, dando lugar a un mundo mítico,creado mediante un lenguaje de gran fuerza expresiva.

Anónimo dijo...

En el fragmento citado se percibe una alegoría sobre la esencia de la literatura.
La literatura se presenta como un elemento que es importante en la vida del hombre y que, sin embargo, tiende a ser olvidado o mancillado por éste. El hombre reconoce la importancia de la literatura en su vida sin valorarla, y es por eso que el sabio catarino proclama que el mundo habra acabado de joderse cuando el hombre viaje en primera clase y la literatura en vagon de carga. Sin embargo, el destino natural de la literatura es perderse entre las pasiones de los hombres que como una catarsis lo ayudan a sobrellevar la existencia.

Anónimo dijo...

La capacidad de un autor para embrujarse y canalizar su fantasía hacia el lector, generalemente resulta un fracaso, si es que no se llega a una realización de la forma.

Pues o se considera el texto incomprensible o resulta una narración sin sentido. Es decir el contenido de la novela podra parecer muy bueno, pero si no existe el artificio de la forma, la obra simplemente es incompleta.

Cien años de soledad es una novela que logró configurar ambos aspectos; El contenido esta compuesto de todo un universo de eventos simplemente fantásticos, y la forma del lenguaje es la que da la vida necesaria a la obra para atraer al lector, y embrujarlo junto con él.

Como lo dicho anteriormente, la fantasía resultaría sin sentido, si es que no se defiende con los artificios del buen lenguaje.

A Gabriel García Marquez se le atribuye no sólo la potencia creadora de su mente, sino lo elegante y simple de su escritura.

No resulta tedioso ubicar el árbol genealógico de los Buendía, sino que la historia y su lenguaje te sumergen en el texto, apartandote de cualquier conflicto memorístico.

Por eso es una obra completa, porque la forma y el contenido estan en perfecta armonía.

Anónimo dijo...

Definitivamente este fragamento habla, aunque poco, sobre la forma de ser de aquel "sabio catalán", especificamente de su relación con la literarura. En lo personal, me parece sorprendente esa relación, ya que es un tanto contradictoria. Esta afirmación la baso en lo siguiente:

En primer lugar, en este caso, cuando uno percibe la denominación "sabio", automaticamente piensa en una persona acérrima defensora de la expresión escrita (entre otras expresiones). Sin embargo, el anciano, si bien evidencia una apreciación y promoción del legado cultural (no solo la literatura), al punto de proteger vehementemente su tesoro literario cuando quieren ponerlo en los vagones de carga del tren, parece resignado (por más que se ría) frente al triste futuro "natural" de la literatura.
Entonces, ¿en qué es lo que cree? ¿Protección o indiferencia ante la literatura?

A mi parecer, el anciano se inclina por la primera opción, pero adquiere esa actitud contradictoria, y por un lado derrotista, producto del cansancio de ver cómo la gente descuida lo importante sin más ni más; por esta razón, su protección de la literatura se limita solo a su persona; respecto a los demás, ellos tendrán que concientizarse (esto lo deduzco de la última afirmación del anciano que se lee al final del fragmento).

Jesús Astocaza Miranda
07030157
Aula 2A (Integrado de Letras)

Anónimo dijo...

La admiraciòn e ingenuidad mostrada ante las cosas foràneas son en èste y en casi todos los momentos de la obra ya naturales para el lector, tanto que ya no causa sorpresa. En este fragmento a parte de este momento se manifiesta como la Literatura,segùn uno de los personajes, puede llegar a ser la identificaciòn no sòlo de uno sino de toda la sociedad ya que por èsta es el medio, desde sus inicios, por el cual las ideas de un pueblo puede ser rearfimada y expandida. Por eso la exaspera`ciòn cuando èste, la literatura, quiere ser puesta en el vagòn del ferrocarril como si no tuviera ninguna importancia.

julio cèsar buitròn

Anónimo dijo...

Garcia Marquez ha logrado en esta obra algo increible, como es conseguir encerrar todo un universo en los limites de un espacio geografico indeterminado llamado Macondo.
En este universo tan peculiar y magico coexisten la vida y la muerte, la alegria, el dolor, la logica y la irracionalidad se funden hasta borrarse sus limites, obteniendo una total ausencia de la realidad convencional, en la que la fantasia, la magia y la imaginacion se entrelazan del mismo modo que las vidas de sus personajes.
javier apolinario vargas
cod: 07030025 e-mail:spy_apolo@hotmail.com

Anónimo dijo...

En la novela, Cien años de soledad, Macondo es un lugar fundado por José Arcadio Buendía , se crearía pues una comunidad basada en la equidad y en la igualdad llena de fantasía, un mundo fabuloso en el que acontecen hechos maravillosos que sin embargo para los personajes no son sino hechos cotidianos.

Lo que más llama la atención es que este lugar tiene su origen en un incesto (los fundadores eran primos), a partir de ello podemos decir que toda la descendencia estaba marcada por el incesto. Sabemos también que al final de la novela la desaparición de los Buendía y del pueblo están enmarcados en un acontecimiento igual al del inicio; el incesto (Amaranta Ursula y Aureliano Babilonia).

Este tema del incesto unifica el principio y el final de esta novela ya que se puede considerar como una causa y una consecuencia de lo que sucede, sin lugar a dudas, es un tema complejo, pero muy importante para entender la obra.

Damaris Cristobal Suvderlan
07030063

Anónimo dijo...

Gabriel García Márquez, uno de los mejores literatos a nivel mundial, nos ha dejado una de sus mejores ideas en la fantástica novela "Cien años de soledad". Esta historia relata la fundación, el desarrollo y el desenlace de Macondo, un pueblo que albergará a diversas familias entre ellas a las 7 generaciones de los Buendía. Lo grandioso aquí es la facilidad que posee García Márquez en la disposición de las diversas y pequeñas historias presentes a lo largo de la obra. Algo resaltante es también el choque de culturas que se manifiesta con la aparición del tren, pues llenará a Macondo de objetos jamás antes visto. Y por útlimo, ya con respecto al fragmento correspondiente, se puede apreciar más que todo una crítica por parte del autor al enfatizar que la literatura no debe llegar al extremo de perderse o confundirse entre el resto de "cosas" que uno utiliza, pues la literatura es parte de nuestra vida pero no como un simple objeto sino como un eje que va a servir para desarrollar nuestros conocimientos.
Jenny Arias Farfán
07030258
jenny_a_f@hotmail.com

Anónimo dijo...

El manejo del tiempo en Cien Años de soledad no es de ningún modo lineal. Ni en la narración de la historia (García Márquez nos transporta como por una máquina del tiempo a su antojo), y podría decirse que ni en la historia misma.
En el relato observamos como algunas características personales de los personajes se repiten en otros de otras generaciones. Úrsula advierte esto en varias ocasiones, por ejemplo al ver a José Arcadio Segundo tan metido en la lucha sindical en contra de la compañía bananera recuerda a su hijo el coronel Aureliano Buendía en los tiempos de la guerra: “(…) una vez más se estremeció con la comprobación de que el tiempo no pasaba (…) si no que daba vueltas en redondo”.
Pilar Ternera, quien estuvo relacionada a los Buendía durante casi toda su permanencia en Macondo, también se da cuenta de ello lúcidamente, y llegó a la conclusión de que “(…) la historia de la familia era un engranaje de repeticiones, una rueda giratoria de repeticiones que hubiera seguido dando vueltas hasta la eternidad de no haber sido por el desgaste progresivo e irremediable del eje”

Anónimo dijo...

En este fragmento se resaltaría la presencia del último de los Aurelianos, que en algún momento Melquíades lo mencionaría en su libro escrito sobre la historia de la familia Buendía y del pueblo llamado Macondo. Se resalta con mayor énfasis a este último Aureliano porque es quien descifra al final de la novela los manuscritos de Melquíades y lee lo que había ocurrido en la vida de los Buendía y el instante que estaba viviendo, es decir se estaba profetizándose así mismo. Quizás de haber descubierto y descifrado antes estos epígrafes de Melquíades otra hubiera sido la historia de él, pero la obra no tendría ese matiz impactante e imprescindible lo que tiene ahora. Ésta es uno de los objetivos de la literatura: que es tratar de llegar de una forma amena al lector tratando de no aburrirlo y que sea de su agrado.Asimismo, en el fragmento, se presencia el acercamiento que tiene Alfonso con la noción de lo que es literatura notamos que el autor pone en el accionar de su personaje el afán que también el posee por las formas escritas de expresión, por la curiosidad, por la avidez con que se va dedicando uno a crear sus propias formas de expresión. Sin lugar a dudas ante esto podemos decir que la literatura se estimula como una de las disciplinas más grandes dentro de la humanidad no solo por hace sentir sino que también por que incentiva al aprendizaje por la forma amena que se presenta. En cuanto a la novela se podría decir que es una de las más conocidas y populares dentro de todo el mundo, por tener una esencia mágica, no solo por el periodo en que se desarrolla, sino por las características espectaculares que presenta.

Anónimo dijo...

La creación de Macondo y sus personajes por medio de la disposición de muchos elementos heterogéneos exhibe, como resultado final, un mundo denso, lleno de realidades e irrealidades que, juntas, se potencian mutuamente y dan forma a una novela de importancia capital en la historia de la Literatura.

Macondo nace y muere en la obra; si bien la historia de este pueblo está ligada con la de la estirpe de los Buendía y esta última se extiende cien años, un elemento al inicio de la obra sugiere la compresión de miles de años de evolución humana en unos pocos años: “El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo.” (p. 9) Esta idea de no poder nombrar las cosas hace que nos podamos remontar a la alegoría de la creación del hombre según la tradición cristiana en la que Dios encarga a Adán, el primer hombre, poner nombre a todas las cosas como administrador de la creación o, desde otro punto de vista, considerando que la capacidad del lenguaje es una característica propia del ser humano, el momento del despertar de esa capacidad puede ser señalado como despertar de la humanidad propiamente dicha y, en tal sentido, la utilización de la referencia temporal mencionada ubica los inicios de Macondo en los albores de la humanidad y esto otorga independencia a la obra pues el universo que desarrolla obtiene, así, un carácter absoluto.

email: carlosarroyo@rocketmail.com

Anónimo dijo...

Aquí de nuevo se siente el valor y a veces sobrevalor que le dan a muchos elementos. En este caso se tratan de unos textos, de LA LITERATURA. Uno ríe mientras el otro protesta porque no la manden como carga. La literatura es un pasajero. El hielo es el diamante más grande del mundo. Lo simple es mágico y eso vale la pena en este mundo. Unos manuscritos descifrados son lo mejor de ese lugar. García Marquez destaca la literatura a través de él.

BERNEDO RAMÓN,
MARÍA ALEJANDRA LUCIA

CODIGO 07030276

Anónimo dijo...

te extrañare maria ines...