Musuq harawi kichwa: la nueva poesía quechua por Gonzalo Espino Relucé (Eila-UNMSM)

 


Vivan nuestras voces (III Festival Nacional de Poesía en Idioma Originarias) 9 de agosto 2021 Club de Poetas Jóvenes Originarios del Perú


    La poesía quechua de los últimos diez años tiene como referente un ciclo poético desbordante para la cultura y vida. Los hablantes de esta lengua toman la palabra, la hacen suya, ya no solo la raptan, la vuelven su instrumento preferido para hacer la palabra autónoma, “sumaq harawi simita”.  Se define en función del orgullo quechua. Se trata de poéticas en el sentido de un sujeto de cultura explícito y un enunciado en runasimi; un actor que se identifica como hablante quechua, que tiene el castellano como segunda lengua, no siempre bilingüe coordinado, lo suyo es el quechua.


Tiene como contexto nuevos actores como correlato de El Baguazo (junio 2009) que se singulariza con el surgimiento nuevos creadores indígenas tanto en la plástica (Brus Rubio, Graciela Arias, etc.) como en la literatura que empiezan a ser estudiados por la Academia. En medio de políticas gubernamentales que pueden calificarse de inclusivas, por ejemplo, acepta no solo el dato de la lengua sino la identificación étnica de la población peruana en el censo 2017; al año siguiente la canonización del artefacto escritural indígena (Premio Nacional, Ministerio de Cultura, 2018). De este modo, las instituciones como los gobiernos regionales y sus casas de cultura promueven encuentros y concursos de poesía cuyos resultados se difunden. Cusco publica hasta cuatro antologías. 


El cierre provisional concluye con el oxímoron de la muerte, de la pandemia que nos reveló un país sumida en la ilusión del desarrollo y evidenció nuestra crisis estructural en salud, educación y el incremento inclemente de pobreza extrema. Al mismo tiempo, el esfuerzo que pusieron todos y cada uno de  las peruanas, peruanos para enfrentar al Covid 19 como parte de la fenómeno mundial.


Los llamaremos "los penúltimos" (2010…), expresión que utilizará mi buen maestro Fernando Vidal, es decir, aquella literatura reciente. Se trata de un momento interesante porque son voces juveniles las que ha raptado la palabra, que la hacen suya y empiezan a circular en los espacios letrados como creadores quechuas. Coinciden en el periodo por la creación de un tipo de enunciado quechua escrito que pone en evidencia temas innovadores, el desenfado femenino, las fronteras sea en los andes o la vida urbana que va apareciendo sin nostalgia; la continuidad de una percepción andina y los desplazamientos y distancia entre la comunidad, transformada. Los poetas quechuas aparecen como mitmas en la ciudad capital; son sujeto descentrado, sorprendido, que van dominando la mole de la ciudad.  


La presencia de la mujer se hace visible; son creadores, pueden o no ser parte de un grupo, pero circulan de manera silenciosa; ponen sus creaciones en plataformas virtuales (facebook, blog), o participan y animan colectivos que escriben en castellano o lo hacen en quechua, que van a diversos pueblos y recitan su poemas,  como los grupos literarios Yerba Silvestre (Huamanga) y Solo un poema (Adahuaylas).


No son poetas que se adscriben necesariamente a circuitos literarios. La prensa toma nota en las regiones, aunque en Lima no sucede ello. Se ha extendido la producción poética de las mujeres, pero son las más jóvenes las que ponen la nota relevante y disipan su conservadurismo; así, Olivia Reginaldo desarrolla una poesía intensa, simultánea pulcra, innovadora que dialoga con la tradición andina; Irma Alvarez Ccoscco, explora una poesía sabe de lo virtual, que asienta su tono en la memoria tradicional y dialoga con los tiempos actuales, mientras que Wendy Bellido en su poesía sabe de la distancia e imagina ser comunera-madre o Esther Reyna publica sus textos como objetos desafiantes y narrativas-poéticos de la inmediatez. 


Todos, ellos, ellas, además, con una vocación de orgullo,  divulgación y defensa del quechua.


Foto:https://elarticulado.wordpress.com/2019/03/18/el-festival-internacional-en-lenguas-originarias-contara-con-la-presencia-de-chakuq-killinchu/


Periodo en que se publica la revista quechua de arte y crítica Atuqpa Chupan, Kallpa y Ñawray; el primero de un colectivo quechua que no solo lo afirma desde la creación, sino desde la crítica: ellos participan activamente de la defensa monolingüe del quechua, escriben tanto poesía como narrativa. Lo hacen desde el ñuqayku como declaración de su “ser quechua sunqu” para quien “no existen límites territoriales, de tiempo y espacio” (Percy Borda)[1]. En este grupo destaca el creador y crítico quechua Pablo Landeo. Ya no solo se ha establecido el premio Nacional de Literatura Quechua, sino de las iniciativas que se asocian a la academia como Encuentro (Internacional) Intercultural de Literatura Amerindias (EILA),  Coloquio Lengua y Cultura Andina (Cátedra Quechua de San Marcos) o Tuta harawinkuna (que alienta UARM entre  jóvenes quechuas de la Escuela de Educación Intercultural Bilingüe) o la iniciativas independientes como el Supay atuq (27 Setiembre 2020) o el Festival Nacional de Poesía en Idioma Originarias, que va por su tercera versión (Club de Poetas Jóvenes Originarios del Perú).


 

Olivia Reginaldo, "antandofúnebre danzandomuerte", ojoxojo. Foto: <https://ojoxojo.xyz/p=911&fbclid=IwAR0LKTiqxhQ31N06VB5Ef64bETzsc32IF46tay82jr2dAlKQkNm439G5-ho>(10.7.2021)

Se trata de una apuesta: son poéticas que desbordan y al mismo tiempo renuevan la poesía, ya no solo quechua, sino la poesía en general, como será el caso de Olivia Reginaldo. En esta misma lógica pasan de la tradicional, de lenta circulación, llena de prestigio, de la revista para transitar–en plena pandemia- en circuitos virtuales, en diversos espacios académico o no.  

Se trata de una apuesta: son poéticas que desbordan y al mismo tiempo renuevan la poesía, ya no solo quechua, sino la poesía en general, como será el caso de Olivia Reginaldo. En esta misma lógica pasan de la tradicional, de lenta circulación, llena de prestigio, de la revista para transitar–en plena pandemia- en circuitos virtuales, en diversos espacios académico o no.  

Los hay también quienes asumen el libro como expresión diferencias: Percy Borda,  Nina qallu (2016);  Rubén Yucra, Qespiriy (2016); Edwin Lucero Rinza, Runapaq ñawin (2018); Elizabet Ocsa Quispe, Llampu sunqu urpi (2018), o Saúl Gomes, Supaypa suñaynin (2019) .

 Otras dinámicas acompañan este proceso: me refiero a lo que ocurre  Ayacucho, Andahuaylas o Apurímac, donde la visibilidad de la nueva hornada poética quechua aparece como la neblina de Lima, circulan entre los creadores, son parcialmente reconocidos, es un grupo literarios abiertos (Gabriel de la Cruz, Nayda Mota;   Einer Narváez López,  Deisy Huaman; Flor de María Garfias;  Delfina  Paredes   y Vilmar Damiano –Príncipe Mendigo).


Foto: https://indigenasdelperu.wordpress.com/2018/07/28/musuq-harawiqkuna/

Atravesados por la pandemia global,  la sociedad peruana ha vivido las formas más perversas, racistas y de un discurso que busca deslegitimar las últimas elecciones presidenciales del Perú y la burla permanente de un congreso de espaldas a sus electores. 

       La poesía se fue posesionando de los formato virtuales, nuevas entregas, nuevas voces y todo lo que vendrá, después de este cierre provisional.

Gonzalo Espino Relucé (Eila-UNMSM).



[1] En “Qichwa sunqu cotidianidad del runa” escribe:  “Ahora bien, como runas y sacha runas debemos “defender y difundir nuestra cultura y lengua a nivel nacional e internacional” mediante trabajos académicos (artículo, tesis, ensayo, monografía, etc.), hacer literatura, música, danza, comida, etc. Asimismo, debemos dar mayor apertura a la literatura en lenguas originarias en el sector educativo. Entonces, ya no tendremos miedo y vergüenza a nuestro ser runa y sacha runa. Nuestro deber es proteger, cuidar, investigar, defender, renovar, actualizar, difundir nuestro conocimiento andino amazónico.” <https://indigenasdelperu.wordpress.com/2018/09/16/qichwa-sunqu-cotidianidad-del-runa-por-edison-percy-borda-huyhua/> (21.7.2019)