Susana Zanetti in memoriam por Enrique Foffani

Susana Zanetti in memoriam

Fue una lectora voraz y profesora de la Literatura Latinoamericana: ese orden es el que más me convence, porque la segunda se alimentaba de la primera y además porque la lectura fue siempre el núcleo de todas sus reflexiones. Y ahora, con su muerte, vengo a darme cuenta, en una perspectiva que antes no tenía o tenía a medias, de que todos sus estudios sobre la figura del lector encarnan en la rotunda concretez del libro.
Quienes nos formamos con ella, tuvimos la gracia de su biblioteca, una de las más completas –si no la más- del país. Allí estaba todo lo que necesitábamos leer sobre América Latina y la verdad de la historia es que pudimos hacerlo porque Susana no sólo nunca nos negó un libro sino que, redoblando la apuesta, propició el préstamo en un acto generoso sin parangón. Esa biblioteca fue su casa y su reino: allí nos recibía, allí nos reunimos durante años semanalmente, y mientras trabajábamos, en algún momento de la jornada, ocurría siempre el milagro: su mano se extendía hacia algún estante para extraer de él una joya, esa que habíamos estado buscando infatigable e infructuosamente de país en país, de archivo en archivo, en un tiempo no muy remoto en el que todavía ni internet ni google existían. Cuando se producía el préstamo, eso quería decir lo siguiente: que el libro iba a Rosario, de Rosario a Mar del Plata, de Mar del Plata a la Patagonia, de la Patagonia al Noroeste, del Noroeste a La Plata, de La Plata a La Pampa, de La Pampa volvía a Buenos Aires. Y supongo que debía ser mayor el circuito que estoy imaginando en este momento. Mi generación, que ingresó a la Universidad en el oscuro año de 1976, se formó gracias a las bibliotecas argentinas provenientes de la época de oro del país pero, después del Golpe y su consabido desmantelamiento, muchos debimos acudir a las bibliotecas personales, aquellas que podían ponerse al día, para seguir adelante.
Y la de Susana, en el área de la Literatura Latinoamericana, fue una de ellas: aggiornada, competente, actual, políglota, frondosa. No sólo libros sino revistas culturales y publicaciones periódicas: desde El Cojo Ilustrado a materiales fotográficos como los del peruano Martín Chambi o incluso meros folletos de alguna exposición internacional a la que había asistido y que según su parecer merecía un lugar entre los anaqueles o en los prodigiosos archivos en caja, rigurosamente numerados como debía ser para una profesora que había sido, también, alguna vez, bibliotecaria. No puedo menos que sentirme halagado y agradecido de haber sido alguien formado en esa biblioteca y de ahora en más –y ahora más que nunca-- me siento comprometido con el gesto generoso, solidario de Susana Zanetti con la ética que infundió a su biblioteca personal para que no sea personal, para ganarle una pequeña pero a la larga gran batalla a esta sociedad capitalista signada por el egoísmo.
Estos son, en definitiva, los verdaderos gestos que valen y en eso fue una maestra: no sólo enseñar, transmitir, investigar o dar conferencias sino dar al otro la misma fuente en la que se alimenta uno, compartir de verdad todos los libros, solidarizarse con la situación del otro que no puede no acceder al libro que necesita y que en algún lugar lo espera; en fin, ahora que lo pienso, tengo la certeza de que esta mujer ha estado haciendo política en cada uno de estos actos y nosotros, al menos yo, no lo tenía muy claro hasta ahora. Ahora me doy cuenta de que la austeridad de Susana invirtió en libros y formó, a lo largo de los años, una biblioteca para el futuro. Apostó a ir más allá del presente para llegar más raudamente al porvenir que la aguarda. Su pobreza está estrechamente ligada a la biblioteca.
Susana muere rodeada de sus seres queridos y rodeada también de sus libros. Este acto me conmueve: morir en la casa propia y con sus libros. Me conmueve tanto que, por un momento, no puedo saber qué es lo que me resta por escribir, qué es lo que este texto me pide que escriba desde su llamada, desde su nebulosa verdad. Me imagino un concierto literario, un concierto de presencias, un concierto de voces, me imagino como un acompañamiento en ese último acto. Me imagino que algo debieron decir por última vez la díscola Sor Juana, el amado Darío, el inquebrantable Martí, el desgarrado Vallejo como una vez dijo de él. Me imagino que tanta presencia debió mitigar la real despedida. Pero me quiero quedar con esta imagen última luminosa para mí: Susana murió con sus seres queridos y su gato fidelísimo, tendido a los pies de la cama, en su biblioteca. La biblioteca, que era su casa.

                                                                           Enrique Foffani


Mitos: dialéctica del par dominación y resistencia en el mundo andino (A propósito del libro de Rosina Valcárcel) por Gonzalo Espino Relucé

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Mitos: dominación y resistencia andina (2013)[1] es un libro signo y lo es porque ofrece un conjunto de proposiciones cuya vigencia se renueva.  En sus páginas la cultura peruana aparece en su compleja realidad, aunque se detiene en esa línea que representa a la historia pero que aparece como discursos que parecen mágicos y maravilloso y que suele develar los imaginarios de nuestras creencias. El mito -tal como lo entienda Rosina Valcárcel- en el caso de los hombres y mujeres de este lado del planeta está conformado por todas esas representaciones que se forjaron en historia como parte de las estrategias, primero de conquista del espacio y desarrollo de las sociedad hasta alcanzar sus contornos civilizatorios tal como las conocemos en estos tiempos y la reelaboración de los mismos cuando se produce la invasión y dominación hispana.  O dicho de otro modo, son representaciones de lo que ocurre en la base material, en lo que se advierten de los tránsitos y cambios que se fueron sucediendo en la larga historia de los países andinos.  Todavía más: su libro representa, en tiempos en los que no hay nada en que creer, la reivindicación del mito como conquista necesaria para alcanzar la felicidad de todos. Su libro nos recuerda su formación humanista y su adhesión marxista que recupera el mito en el sentido mariateguiano. Es decir, el mito como elemento movilizador, por eso, su lectura ancla en un feliz desentrañamiento al que están escasamente acostumbrados los académicos o síntoma de los tiempos del neoliberalismo salvaje en los que ya no se quiere hablar la relación entre dominación y resistencia. La lectura de Rosina Valcárcel resulta  uno de sus mayores aportes al estudio del mito en amerindia: el mito como forma en la que se pueda apreciar simultáneamente expresiones de la dominación (del poder) y desde las entrañas de la resistencia (desde la condición de pobres y sometidos socialmente).
Magia de la poesía
Me resulta  difícil imaginar Mito: dominación y resistencia andina sin hacer alusión a la propia historia, a la historia vivida.  Rosina Valcárcel es una de nuestras más grandes poetas, una voz femenina donde la ternura tiene la lucidez del encanto en un tono continuamente experimental, de tejidos desenfados y reiteradamente iconoclasta, pero sobre todo contestaría. En ella la poesía es devoción religiosa y trabajo de artesana.  Valcárcel Carnero es al mismo tiempo, como es sabido, una de las mayores animadoras de la vida poética y cultural del país, alrededor de ella se forjaron, desde su formación en SM la revista Kachkanirajmi (primera etapa) en la que publica, precisamente, uno de sus poemas José María Arguedas.  En mi caso participe en el proyecto de Rosina, Kachkaniraqmi (2da etapa) donde el debate sobre lo andino y la moderno fue uno de los centro de ese momento, además de nuestras reiteradas participación en con los movimientos de izquierda.  Mi tesis licenciatura La comadre y el compadre. Literatura oral, relato popular en la ex hacienda Roma (1989) que la realice bajo la asesoría de mi maestro y amigo Hildebrando Pérez, fue impregnada por Mitos pues su modelo de análisis permitía acercarme con propiedad a la lógica de los relatos. Pero seguramente, lo  más interesante de todo esto es que en su caso, siempre ha sido diálogo entre la disciplina y la poesía, y desde la poesía, leer los discursos míticos que solo una sensibilidad como la de la poeta, podía dar cuenta, desde la armazón cientistas, la dialéctica del relato mítico en los términos ya dichos. Así entonces, Mitos resulta un libro generacional cuyo legado es esa lectura permanente entre lo que sucede en lado de la Realidad y en lo que se dice de esa realidad en términos de imaginario compartido, esto entre discurso y realidad, entre la relación de dependencia y la forma como se percibe la condición de subordinado, y desde allí las formas como, desde la sensibilidad y la memoria se fueron conformando discursos contra hegemónicos y de resistencia andina. Su vigencia está dada exactamente por esta red de relaciones que establece a lo largo de la historia y las formas cómo se representado la percepciones míticas.
Mitos: dominación y resistencia.
Mito: dominación y resistencia andina (1988) se publica en un contexto en que las izquierdas en general aparecían, en cierto modo, sosegadas y casi al final de la utopía revolucionaria por el doloroso crimen de  la guerra interna.  Para entonces, afloraba todavía con entusiasmo la utopía andina como un proyecto movilizador que hacía rato, socialmente había tomado la ciudades principales del país. Al mismo tiempo este magistral libro entra diálogo y debate, con la mejor tradición de la época, su contribución complejizó las lecturas que hasta entonces se hacían: enriqueció y volvió a recordarlo la puntual relación entre dominación-resistencia, propuso una lectura social de los mitos en área andina. Y se ubica entre la saga de textos que fueron dando contornos a una lectura moderna de los mitos en este lado del mundo, en los que destacamos y asociamos esta propuesta a La sal de los cerros de Stefano Varese,  De adaneva a inkarri, de Alejandro Ortiz Rescaniere,  los trabajos de María Rostorowski  y Henrique Urbano,  sin olvidar el central aporte de Emilio Choy y las lecciones del maestro Pablo Macera, pasando el centro de discusión sobre mito y utopía, que encarnaran las versiones que dieron Alberto flores Galindo (Buscando un Inca: Identidad y utopía en los Andes,1986) y  Manuel Burga (Nacimiento de una utopía, 1988), por citar a los más importantes.
Este trabajo de Rosina Valcárcel  se inicia como tesis doctoral. La pasión poética la lleva a la realización de Mitos y tendrá que ser releído como uno clave de los estudios de la periferie, o desde la epistemología del Sur, desde la perspectiva marxista. Su libro representa un primera discusión sobre el par mito-utopía, en esta la reivindicación del mito como forma discursiva movilizadora y como tal estructura discursiva de la ideología y por ello mismo representación de un momento histórico. Las huellas de ellas están en la textualidad mítica, pero al mismo tiempo, esta advierte, en su propia estructura las formas amerindias de la resistencia.  De esta manera Mitos se estructura en tres partes: (1)  Lo andino en debate, en los que la poeta precisa los contornos de lo andino, la discusión de la mitología andina, la comprensión de la categoría “andino” y el etnocentrismo, la relación entre sociedad y mitología, recupera la propuesta de Mariátegui en el contexto moderno y discute la mitología andina desde el mito, por eso el centro será responde a la pregunta ¿Mito o utopía en los andes? (2) Mitos andinos y dominación, en las que trabaja sociedad y mitos prehispánicos, la dicotomía naturaleza/cultura, la mitología poshispánica y el entorno social, se revisan los principales mitos, a partir de los cual se esbozan un conjunto de enunciado de suma vigencia en las investigación sobre el mito andino y que pueden ser extendida al caso amazónico. Y (3)  Imaginario mito y resistencia. En esta sección revisa  el sentido de la resistencia y repasa los principales evento y la forma como el mito las encarna como momentos que transciende el episodio para convertir en una forma de conciencia., que los asocia a los rituales, pasando por las rebeliones andinas, el contexto de Independencia y sus transformaciones en los tiempos de la Republica. Esta última parte es con seguridad una lectura actualizada de los mitos, es donde Valcárcel ha esbozado una lectura de las diversas formas como se manifiesta la resistencia en términos contemporáneos,  vuelve sobre los mitos contemporáneos y en ello observa como la memoria andina contemporánea se impregnado en manifestaciones que aparentemente ya no corresponderían a la formas de pensar indígena, pero redescubre como opera lo andino en ella.
Los aportes de Mitos: los enunciados de par resistencia

Rosina Valcárcel asume con lucidez poética y con rigor etnográfico su propuesta. Resultado de ello son cuatro enunciados que aquí quiero recordarlo por su aporte a todo tipo de trabajo que se asocie a la investigación sobre la cultura andina, en especial sobre mitos en los tiempos actuales. Estos enunciados en términos metodológicos están precedidos por una comprensión de la historia como procesos en los que hay confrontaciones sociales. Son estas realidades las que han producidos una serie discursivas que viajan como mitos y que por momentos pertenecen al ritual.  El mito se desprende de la realidad y aparecen asociados a las condiciones de producción.  Entre la realidad y el discurso, de allí la necesidad de ubicar el par dialéctico que aparece tras su lectura: realidad-discurso, pero al mismo tiempo desde la realidad cómo el discurso establece una dialéctica que tiene que ver con las formas de dominación y la resistencia. El discurso del poder se impone, pero desde la condición de subordinado estos discursos son reelaborados, resemantizados o recreados, como formas que albergan la resistencia histórica del mito de la felices. Rosina Valcárcel lo llega a formular en cuatro postulados que son enriquecedores para la lectura de la mitología andina (y amazónica)  que paso a comentar:
Enunciado: condiciones de producción, son condición del mito   
Valcárcel vuelve sobre la inocentada culturalista y fenomenológica que entiende al mito fuera de su contexto.  Mitos propone discutir esa mirada y nos recuerda que las condiciones de producción son las condiciones de producción también del mito en su forma específica. “Las condiciones de  la producción son, a la par, las de la reproducción, es decir, se produce para consumir y garantizar una nueva producción.” (Valcárcel 2003:78) y nos recuerda que “el hombre no es solamente una parte de la naturaleza, sino principalmente una fuerza que contribuya a transformarla”. En termino de mito, se explica, por ejemplo, la formas como los mitos de Pachakamac se asocian al dominio de la agricultura y la caza,  en casi todas las referencias  al “tránsito de la recolección a la agricultura, hace aproximadamente cinco mil años, ocurrió en el período preinca.”.
enunciado: Carácter religioso
Si el primero se sitúa en el transito historia, segundo enunciado tiene que ver con el carácter religioso de los mitos andinos y su formación agraria.  Rosina Valcárcel al analizar los mitos de Mama Quilla y Achiké  nos advierte del “carácter naturalista de la religión andina” se vinculados al agro. Y caracteriza a la religión andina de “naturalista”. De allí que, en términos metodológico no se  podría detener en la exclusividad de la historia del mito, si habría que pensarlo en su relación con el pensamiento religioso, postula que “Los mitos estaban ligados a los rituales allí se distingue claramente la relación entre los dioses y la producción económica humana.” (Valcárcel 2013: 79).
3º  Enunciado: el mito tiene carácter conservador y dinámico
Los mitos operan como discursos pautados por su continuidad y sus cambios por las dinámicas sociales. Pero entonces como explica su continuidad y su cambios. Valcárcel vuelve sobre los cambio que operan en la realidad y como estos a su vez tan transformando en su sentidos discursivos, es decir, el mito a su vez alberga en su estructura formas que le permiten su continuidad porque son conservadores, pero al mismo tiempo las contingencias de la historia  produce cambios enormes en ellas. Rastrea por ejemplo cómo mitos preinca continúan narrándose y como algunos mitos aparece tejidos del impacto hispánico.  El enunciado de Valcárcel Carnero es el siguiente:
“Podría  decirse que el proceso de la mitología andina presenta una doble particularidad en su connotaciones internas: de una parte, el carácter conservador que facilita su continuidad como forma ideológica y, por otra, el papel de las relaciones sociales de producción que motivan, en última instancia , la supresión o alteración de los elementos que integran la unidad ideológica. Y de ello no escapan ni los primeros dioses.” 
enunciado: No son uniformes obedecen a situaciones concretas de cada colectividad
Tal proposición lleva hablar de la interacción entre situación concreta y formulación mítica. Lo que producirá diferencia entre las colectividades, su análisis marxista se vuelve más fino: “En pueblos cuyos condicionamientos naturales o niveles de cultura son distintos, su mitología –sobre un mismo tema- difieren.” 
 Estos cuatro enunciado tienen la virtud de ser suficientemente claros para el abordaje de cualquier textualidad, al tiempo que se leen desde el par dialéctico que ofrece su propuesta, desde como la dominación ha creado mitos y como estos se reelaboran en el tejido social, subalterno, dominado, como formas de la como resistencia  y vuelve sobre un tópico, que va más allá de las excelencias que el lenguaje nos trae como realización colectiva para entrar en otro terreno, el de la ideología.
Coda
Mitos: dominación y resistencia andina deja ver como la poesía es mito y mito historia. La de Rosina Valcárcel será el desestructura un esquema lineal de lectura  del mito para revisarlo desde la (larga ) historia, mejor aún, desde sus condiciones de producción en la historia y los relatos que esta produce como representación de las elites dominantes que desde el discurso descalificaban a los indígenas y cómo desde los indígenas se fueron imaginando, en los mismos territorios del discurso, elementos que representan a la resistencia y en el mejor sentido, a la rebelión, situación a la que no renuncia –ni renunciamos-, al mito de la trasformación social en la que todos podamos venir a la feria y llevarnos el libro, porque  para ese tiempo, el pan ya no será un problema ni las tarjetas de crédito.  Por ello celebro la actualidad, la vigencia y la propuesta teórica que encontramos en Mitos: dominación y resistencia andina de Rosina Valcárcel.



[1] Valcárcel Carnero, Rosina. Mitos: dominación y resistencia andina. 2ª ed. Lima: Fondo Ed. Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 2013.